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Mostrando entradas de octubre, 2000

Mi primera vez.

Iba de camino del instituto, mientras miraba distraída la gente que pasaba por la acera. Me preocupaba el examen que haría dentro de una hora escasa, para colmo de geografía, y no me había preparado nada más que el tema de la meseta. Al pasar por la tienda de frigoríficos “la carrera”, reflejado en los cristales, ví a un muchacho con las manos en los bolsillos, un suéter de cuello vuelto azul, pelo rubio, vaqueros y botas camperas, para ver su imagen me detuve un rato delante del escaparate como si quisiera comprobar el precio de las lavadoras con sumo interés. Tendrá unos cinco años más que yo y parece muy apuesto. ¿Y si le hablara? Dirá que estoy loca, y con razón, no es normal que una chica se te acerque y entable conversación con un extraño, y menos en un pueblo como éste. A través de los escaparates se podía oír el ritmo de una música empalagosa, de esas bailables en las discotecas y pensé que agarrada a su cintura, muy fuerte, bailando esa música, me sentiría feliz. ¿Y por qué

Mi primera vez. Nicolás Ximénez

Iba de camino del instituto, mientras miraba distraída la gente que pasaba por la acera. Me preocupaba el examen que haría dentro de una hora escasa, para colmo de geografía, y no me había preparado nada más que el tema de la meseta. Al pasar por la tienda de frigoríficos “la carrera”, reflejado en los cristales, ví a un muchacho con las manos en los bolsillos, un suéter de cuello vuelto azul, pelo rubio, vaqueros y botas camperas, para ver su imagen me detuve un rato delante del escaparate como si quisiera comprobar el precio de las lavadoras con sumo interés. Tendrá unos cinco años más que yo y parece muy apuesto. ¿Y si le hablara? Dirá que estoy loca, y con razón, no es normal que una chica se te acerque y entable conversación con un extraño, y menos en un pueblo como éste. A través de los escaparates se podía oír el ritmo de una música empalagosa, de esas bailables en las discotecas y pensé que agarrada a su cintura, muy fuerte, bailando esa música, me sentiría feliz. ¿Y por qué

Te escucho.

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Te escucho en la sombra de la noche, trazamos estancias, lustrosos caminos, corredores, ventanas de luz multicolor. Espacio que marca el gesto en sonrisas. Palabras pronunciadas para llegar al alma unir senderos de eterna sabiduría. Así quedan sonidos en el aire que en principio, tibiamente, como oropeles de fortaleza son amortiguados por la luna plateada. maribel cerezuela

Te escucho. Maribel Cerezuela

Te escucho en la sombra de la noche, trazamos estancias, lustrosos caminos, corredores, ventanas de luz multicolor. Espacio que marca el gesto en sonrisas. Palabras pronunciadas para llegar al alma unir senderos de eterna sabiduría. Así quedan sonidos en el aire que en principio, tibiamente, como oropeles de fortaleza son amortiguados por la luna plateada. maribel cerezuela