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Mostrando entradas de mayo, 2001

La estación. Disset

Y si la muerte viene a buscarme, si la muerte viene a buscarme tiene permiso para entrar en casa, pero sepa, desde ahora, que nunca podré amarla. Y si he de partir con ella, y si he de partir con ella, todo lo que quede de mí, sean gusanos, ceniza o un acorde de mi viaje quiero que canten ese signo... vida, vida¡¡ Y al llegar a la estación todo era silencio. Sólo unos minutos más, y aparecería puntualmente el tren de las 15, 30 de corto recorrido que ansiosamente esperaba. Ella bajó elegantemente del vagon. Nos miramos a los ojos, y con disimulada expresividad, nos besamos fugazmente en el anden. Nadie nos había observado. Unos cuantos peldaños y nos esperaba la libertad. Nuestros cuerpos contenidos y cómplices del encuentro se fundieron en uno. Esas miradas a los ojos y la expresión de felicidad, la sonrisa en los labios y el beso intenso, el roce de las mejillas y el olor de pinos, el corazón palpitante y su pelo rubio brillando al sol. Sumidos en el abrazo, mi mano rozó superficialm

La estación. Disset

Y si la muerte viene a buscarme, si la muerte viene a buscarme tiene permiso para entrar en casa, pero sepa, desde ahora, que nunca podré amarla. Y si he de partir con ella, y si he de partir con ella, todo lo que quede de mí, sean gusanos, ceniza o un acorde de mi viaje quiero que canten ese signo... vida, vida¡¡ Y al llegar a la estación todo era silencio. Sólo unos minutos más, y aparecería puntualmente el tren de las 15, 30 de corto recorrido que ansiosamente esperaba. Ella bajó elegantemente del vagon. Nos miramos a los ojos, y con disimulada expresividad, nos besamos fugazmente en el anden. Nadie nos había observado. Unos cuantos peldaños y nos esperaba la libertad. Nuestros cuerpos contenidos y cómplices del encuentro se fundieron en uno. Esas miradas a los ojos y la expresión de felicidad, la sonrisa en los labios y el beso intenso, el roce de las mejillas y el olor de pinos, el corazón palpitante y su pelo rubio brillando al sol. Sumidos en el abrazo, mi mano rozó superficialm

Meditar en Barcelona.

La ciudad a medias imaginada (y sin embargo absolutamente real) empieza en nosotros, tiene sus raíces plantadas en nuestra memoria. El Mediterráneo es un mar absolutamente pequeño: la magnitud y la grandeza de su historia nos hace imaginarlo más grande de lo que en realidad es. La política del amor, las intrigas del deseo, el bien y el mal, la virtud y el capricho, el amor y el crimen se mueven oscuramente en todos los rincones sombríos de las calles y plazas de Barcelona. Me he preguntado mucho tiempo, si debía decirte ciertas cosas que he puesto ahí. Por momentos me parecía una locura y una impertinencia. Después de todo, ¿cuál fue su propósito ? ¿Pintarnos como individuos de carne y hueso o como personajes de ficción?. No lo sé. Yo pinté la ciudad pincelada tras pincelada, sobre una superficie curva: ¿cuál fue su objeto: la poesía o los hechos? Si te interesan los hechos, hay muchas cosas que tienes el derecho de conocer, pero las mejores respuestas vienen siempre del otro lado de l

Meditar en Barcelona. Disset

La ciudad a medias imaginada (y sin embargo absolutamente real) empieza en nosotros, tiene sus raíces plantadas en nuestra memoria. El Mediterráneo es un mar absolutamente pequeño: la magnitud y la grandeza de su historia nos hace imaginarlo más grande de lo que en realidad es. La política del amor, las intrigas del deseo, el bien y el mal, la virtud y el capricho, el amor y el crimen se mueven oscuramente en todos los rincones sombríos de las calles y plazas de Barcelona. Me he preguntado mucho tiempo, si debía decirte ciertas cosas que he puesto ahí. Por momentos me parecía una locura y una impertinencia. Después de todo, ¿cuál fue su propósito ? ¿Pintarnos como individuos de carne y hueso o como personajes de ficción?. No lo sé. Yo pinté la ciudad pincelada tras pincelada, sobre una superficie curva: ¿cuál fue su objeto: la poesía o los hechos? Si te interesan los hechos, hay muchas cosas que tienes el derecho de conocer, pero las mejores respuestas vienen siempre del otro lado de l