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Mostrando entradas de junio, 2001

La voz del poeta

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LA VOZ DEL POETA Era un relámpago de fuego fértil. De la profunda sima del silencio salió su voz de sirena vestida de sal, su voz remota y cadenciosa que inundó de ecos y espejos la estirpe torrencial que latía en el poeta. Buscaron las palabras en el aire la luz inapelable del destino, el río acantilado de la sangre, el rudo laberinto de un latido. La voz del poeta, como un misterio hueco que nadie alcanza a resolver, rescató la lírica del olvido, trocó los pensamientos en sonidos, destiló el sentimiento en abanico. Extrajo las raíces de la rima, los caireles del metro y la cadencia, para vestir la idea con ropajes de seda, pedernal y fantasía. Ordenó las sílabas, los acentos, encendió la yesca del caligrama como si fuera voz, alta el la voz del tiempo ardiendo en una hoguera. La voz del poeta izó al alto mástil de la literatura la bandera eterna y blanca de la poesía. Como campanas rotas resonaron sus palabras delirantes: espeso era el enigma del bronce acallando el metal en la forja

La voz del poeta. Fernando Luis Pérez Poza

LA VOZ DEL POETA Era un relámpago de fuego fértil. De la profunda sima del silencio salió su voz de sirena vestida de sal, su voz remota y cadenciosa que inundó de ecos y espejos la estirpe torrencial que latía en el poeta. Buscaron las palabras en el aire la luz inapelable del destino, el río acantilado de la sangre, el rudo laberinto de un latido. La voz del poeta, como un misterio hueco que nadie alcanza a resolver, rescató la lírica del olvido, trocó los pensamientos en sonidos, destiló el sentimiento en abanico. Extrajo las raíces de la rima, los caireles del metro y la cadencia, para vestir la idea con ropajes de seda, pedernal y fantasía. Ordenó las sílabas, los acentos, encendió la yesca del caligrama como si fuera voz, alta el la voz del tiempo ardiendo en una hoguera. La voz del poeta izó al alto mástil de la literatura la bandera eterna y blanca de la poesía. Como campanas rotas resonaron sus palabras delirantes: espeso era el enigma del bronce acallando el metal en la forja