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Mostrando entradas de mayo, 2015

PASEOS POR ALMERÍA Y NUEVA YORK. Maribel Cerezuela

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Las noches que tengo para escribirte. RICARDO VILLEGAS

Este poema me lo envió su autor para publicar en Internet en el dominio lavozdelacometa.org Con el tiempo conseguimos publicarlo en papel en la recién creada revista Almeriense   "Nueva Literatura Almería" Pertenece  a su obra:  << LAS NOCHES QUE TENGO PARA ESCRIBIRTE>>  S e lo dedicó el autor "... al amor de su vida ,   todo pasión, sentimiento..."  Pasado el tiempo, publicaría otras obras recopiladas en:   OTOÑO A DISTANCIA, INVIERNO   POR CARTA Y VERANO. Hay tres silencios  de tenues,  tristes misterios  que son desiertos,   que son los muertos de tus palabras cuando hablan hacia mí. Son tres callados, sólo el primero de tu mirada con labios secos de movimientos   e insinuantes de palabras. Risas parado el segundo de alegría sonriente   y tus mejillas, calientes, sonrojadas por un mundo. Y el tercero, qué, gran lapso, cuando te acercas y besas. Y quieto, con un colapso me he quedado si ahora  a mi  tus silencios han llegado. No me hables,  sólo calla,

Siete caminos para Beatriz.

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SIETE CAMINOS PARA BEATRIZ   El poeta aspira a construir su propio universo. Es un viaje necesario, imprescindible si se quiere alcanzar el objetivo final. La palabra es el instrumento más valioso, la piedra filosofal, el núcleo, la esencia del viaje. A veces, el poeta prefiere recorrerlo solo, y otras, se hace preciso de un acompañamiento real o ficticio, porque a fin de cuentas lo importante es la creación en sí misma, el proceso por el cual se deja ser y se es en otro, ayudado por la soledad y el silencio que impera en el propio proceso creativo. A “Siete caminos para Beatriz”, de Ernesto Pérez Zúñiga (Madrid, 1971) le sucede algo así. Bebe de la tradición clásica enteramente, “La divina comedia”, de Dante y por ende, la figura de Beatriz es el origen, y en su intertextualidad, los versos contenidos en ”Siente camino para Beatriz”, un texto complejo, que precisa de una lectura muy atenta para comprender el universo al que nos traslada, en pleno siglo XXI, su autor. Pérez Zúñiga se

Pasiones y penumbras. José Lupiáñez

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PASIONES Y PENUMBRAS   Abrir un libro de poesía siempre es un acto apasionante y misterioso, mágico diría, porque no se sabe nunca que nos deparará su atenta lectura. Escudriñar en el interior hasta sentir ese temblor amigo que nos impulsa hacia el vuelo, en un viaje siempre floreciente en asombros, puede ser un valioso segundo de eternidad, la eternidad misma. Y algo de esto ocurre con Pasiones y penumbras , última entrega poética de José Lupiáñez (La Línea, 1955) . Búsqueda de la palabra, del fuego de la pasión, también de la soledad y sus sombras. Lupiáñez es un poeta con oficio y así se puede comprobar desde el poema inicial de este libro “Alguien me llama”, en el que una voz -¿la suya?- levita en la oscuridad de la estancia y propicia en el poeta la incertidumbre, la duda o el desasosiego que prende en su mirada infinita ¿al futuro? No se sabe, ni el poeta acierta en la respuesta, no halla el camino, la luz que guíe sus pasos: “No sé qué hacer, no sé si he de asomarme, / no sé si

Tormenta de arena. Josefina Niebla

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TORMENTA DE ARENA 2 de mayo 2015 Josefina Niebla   Caía la tarde impía, bajo la sombra de las obscuras almas No había nada, ni dolor, ni alegría, Solo quietud, vaguedad Nadie recordaba siquiera el más lejano atisbo de incertidumbre ... Reinaba la nada De repente el horizonte b arruntó una tormenta, una devastadora arenada Y surgió el miedo, la duda ... El sudor a savia de los árboles heló su curso en la piel El mañana dejó de ser inhábil Las miradas comenzaron a dibujarse profundas Los surcos de la raza s urgieron brotando lágrimas Sólo un presagio de mutación fue suficiente Sólo aquel velo turbio destapado Porque  MUERTE y VIDA se abren paso El tiempo es solo mirar al pasado Un abismo de mañanas El vacío es un grito, un ECO A lo lejos se oye una voz de  mesozoprano , rota en mil añicos... Y vuelve,  siempre vuelve El pasajero inesperado, sin valija, sin destino Prende las manos de tu alma Y quieres dormir esa pesadilla Y q uieres despertar ese sueño Anhelas dejarte abrazar por sus