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Mostrando entradas de septiembre, 2015

Cuando me recuerdes. Perfecto Herrera Ramos.

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Cuando me recuerdes Cuando me recuerdes búscame en el agua. Todo lo que a tu espalda se refleje seré yo sin contornos, pues delante de tus pupilas no hallarás más, sino la imagen de la misma presencia de mi, ausente.

Desde una ventana. Abraham Ferreira Khalil

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  DESDE UNA VENTANA Acecha el horizonte y los bramidos del viento me sorprenden. Huele a tierra y esta asechanza sin descanso cierra la clave que empantana mis sentidos. Ciénaga soy. De viajes detenidos avisté el humo en la remota guerra. No es el morir lo que al amor entierra, es el amor panteón de fallecidos en cuya cripta, oscuras y apiladas, las calaveras, cálices perennes, rediviven eróticos hedores. Hedores del amor. Encrucijadas hundidas bajo lápidas solemnes en el pantano infiel de tus amores. © Abraham Ferreira Khalil

El tren. De Madrid a Almería.

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EL TREN. ABRAHAM FERREIRA KHALIL EL TREN  (De Madrid a Almería) Metálico vampiro en cuyas alas transportas las enseñas de un mensaje y lo elevas en fiel peregrinaje al palomar del corazón que escalas, tu aviso, ramillete de memoria, es el pecado que otorgó al paisaje carta de inmensidad. En tu bagaje lo pasado no es fábula ni historia. La horizontalidad de tu artificio en el raíl del tiempo ha abandonado la tétrica humareda del pasado. Y aún bombea tu sangre en ese indicio, elixir de perenne arqueología. ¡Oh, férrea e irreverente alegoría! © Abraham Ferreira Khalil

Canción a una muchacha muerta. Vicente Aleixandre

Canción a una muchacha muerta Dime, dime el secreto de tu corazón virgen, dime el secreto de tu cuerpo bajo tierra, quiero saber por qué ahora eres un agua, esas orillas frescas donde unos pies desnudos se bañan con espuma. Dime por qué sobre tu pelo suelto, sobre tu dulce hierba acariciada, cae, resbala, acaricia, se va un sol ardiente o reposado que te toca como un viento que lleva sólo un pájaro o mano. Dime por qué tu corazón como una selva diminuta espera bajo tierra los imposibles pájaros, esa canción total que por encima de los ojos hacen los sueños cuando pasan sin ruido. Oh tú, canción que a un cuerpo muerto o vivo, que a un ser hermoso que bajo el suelo duerme, cantas color de piedra, color de beso o labio, cantas como si el nácar durmiera o respirara. Esa cintura, ese débil volumen de un pecho triste, ese rizo voluble que ignora el viento, esos ojos por donde sólo boga el silencio, esos dientes que son de marfil resguardado, ese aire que no mueve unas hojas no verdes. ¡Oh tú

Canción a una muchacha muerta. Vicente Aleixandre

POESÍAS COMPLETAS - VICENTE ALEIXANDRE Canción a una muchacha muerta Dime, dime el secreto de tu corazón virgen, dime el secreto de tu cuerpo bajo tierra, quiero saber por qué ahora eres un agua, esas orillas frescas donde unos pies desnudos se bañan con espuma. Dime por qué sobre tu pelo suelto, sobre tu dulce hierba acariciada, cae, resbala, acaricia, se va un sol ardiente o reposado que te toca como un viento que lleva sólo un pájaro o mano. Dime por qué tu corazón como una selva diminuta espera bajo tierra los imposibles pájaros, esa canción total que por encima de los ojos hacen los sueños cuando pasan sin ruido. Oh tú, canción que a un cuerpo muerto o vivo, que a un ser hermoso que bajo el suelo duerme, cantas color de piedra, color de beso o labio, cantas como si el nácar durmiera o respirara. Esa cintura, ese débil volumen de un pecho triste, ese rizo voluble que ignora el viento, esos ojos por donde sólo boga el silencio, esos dientes que son de marfil resguardado, ese aire qu

Perfecto Herrera Ramos. Chernóbyl en la memoria.

Chernóbyl en la memoria El campo de centeno era humo acre en la memoria por donde el duende flavo de la hipóstasis se encaramó a mis desengaños paseando las dos manos entre las espigas y acariciando el mundo. Duele comprobar cuán lerdos podemos ser adecentando las estatuas de los aleros o exaltando la imagen sacrílega de la ciencia Debiera el hombre no renunciar al misterio, a desentrañar todo conocimiento. Pero olvidar que los ocultos y secretos enigmas preservan toda vida, necedad petulante sería y holocausto indeleble para la especie y la misma existencia. Chernóbil viene a mi memoria - llaga invisible casi eterna en nuestro planeta - para indicarnos púrpura señal de advertencia. Duele ver a la madre Gea sollozar y espantada ante sus hijos jugueteando, malquistos, con los odres de la harina en flor, ya hombres provectos y ya doctos, que olvidan reforzar los estayes del esquife y ofrecer toros negros a los dioses. No solo la fusión de los átomos nos acecha; otras son las celadas que

La galla ciencia. Entrevista a José Antonio Santano

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Entrevista a:  José Antonio Santano   (Baena, 1957)  José Antonio Santano  es  Graduado Social por la Universidad de Granada, Técnico Superior en Relaciones Industriales por la de Alcalá de Henares y Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Almería. Es autor de varios libros, como Canción Popular en la Villa de Baena (Ed. Ayuntamiento Baena, 1986), Profecía de Otoño (Sevilla, 1994), Grafías de Pasión. Prosa y poesía sobre la Semana Santa de Baena (1998), Exilio en Caridemo (Ed. Inst. Estudios Almerienses, 1998), Íntima heredad (Ed. Endymion, Córdoba, 1998), La piedra escrita (Ed. Alhulia. Salobreña, 2000), Árbol de bendición. Antología literaria al olivo (Ed. Instituto de Estudios Almerienses y Ayuntamiento de Baena, 2001), Suerte de alquimia (Ed. Alhulia. Salobreña, 2003), Las edades de arcilla (Ed. Alhulia, Salobreña, 2005), La cortaera (artículos periodísticos 2001-2004, Córdoba, 2007), El Oro líquido (El aceite de oliva en la cultura) Antología literaria (Ed. La Ofic