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Mostrando entradas de abril, 2017

POEMAS PARA LEER A DESHORAS. MARÍA ÁNGELES LONARDI

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EL ZAGUÁN. CÉSAR MALDONADO

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EL ZAGUÁN Resulta que a veces te sorprende la música de un verso en la cálida voz de un ser humano, de un joven que nos descubre los silencios y la soledad, la vida misma con una sinfonía única, que nos deleita y nos hace reflexionar también hasta límites insospechados. Es la música de los días, de la cotidianidad que surge con el temblor de los acordes y la agridulce melodía de las palabras escritas sobre el papel y que el vuelo de las manos, como un regalo, depositan en nuestras pupilas y en nuestra alma. Es la voz armónica de un poeta músico que nos desvela la magia de la vida cuando todo es oscuridad y sombras, el desvalimiento, pero que resiste heroico ante la cruda realidad que rodea al ser humano. Sorprende, como digo, que un músico sea también o poeta, o viceversa, o tal vez sea lo uno y lo otro al mismo tiempo. Aunque “El zaguán” no es un libro propiamente dicho, sino un disco y su autor el almeriense César Maldonado (Almería, 1979), la lectura de los poemas-canciones se hac

MIGUEL NAVEROS.

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Nació en Madrid en 1956, muere el 29 de marzo de 2017 en Almería, ciudad donde residía desde 1986. Es licenciado en Filología Italiana. Escritor, periodista e intelectual comprometido con su tiempo, con la cultura y la vida. con asiduidad  por los países del Este antes de la caída del comunismo. También colaboró con diversos medios de comunicación españoles y en la década de los ochenta fue corresponsal en España de la agencia de prensa soviética Novosti. Durante aquellos años, viajó con asiduidad por los países del Este antes de la caída del comunismo. Sus libros, como recordaba ayer la  Asociación de la Prensa, le valieron en 2005 el Premio Fernando Quiñones y en 2000 la  Mención de Honor del Premio Ramón Gómez de la Serna por su novela ‘La ciudad del sol’; El malduque de la luna (2006). Alianza. Premio Fernando Quiñones. viejo de más décadas y aún más tiempo, viejo de todo y viejo de mí mismo (si es que el corazón me lo permite y el tabaco no me juega la mala pasada que todos dicen