LA BELLA REVOLUCIÓN. Ángel Padilla

 

Entrevista a Ángel Padilla sobre la edición de su obra 'La Bella Revolución'

Ángel Padilla es un poeta y novelista conocido por sus libros de ficción y poesía comprometida, por sus escritos para la liberación animal así como por su intenso activismo por la defensa de los animales y del medio ambiente. Nos ha dicho que somos el primer medio que le entrevista sobre su recientemente editado libro 'La Bella Revolución' (Amargord ediciones). Llama mucho la atención la sinopsis del libro, que procedo a exponer a continuación y, posteriormente, pasamos a preguntar al autor algunas cosas sobre la obra.



SINOPSIS DE 'LA BELLA REVOLUCIÓN'



"La urgencia de a quien no le quedan horas de vida y requiere auxilio inmediato impulsa y alienta La Bella Revolución, los Himnos, sus cánticos de batalla y los gritos silenciados marchan en ejércitos armados con la Verdad: 'todos los animales deben ser libres'.


Es imperiosa la obligación de todo ser humano de cuestionarse su lugar de opresión sobre el resto de los seres cuyas vidas se ven destruidas a millares mientras se están leyendo estas líneas.
La Bella Revolución representa una ruptura con la poesía anterior y anuncia la demolición de toda la cultura humana como necesidad obligatoria para un mañana posible en esta Tierra y para que deje de correr la sangre de los cautivos."

Da la impresión de que la obra contiene mucho dolor.



VACA: ¿Puedo hablar yo?


ÁNGEL: Estoy dormido.
VACA: A mí me gusta el cielo azul. ¡A mí me encanta el cielo azul! ...Pero no lo veo... Pero no puedo verlo nunca.
MACACO EN LABORATORIO DE VIVISECCIÓN: ¿Quiénes hablan? Oigo voces. ¿Alguien? ¡Hay alguien ahí?! Me rodea un fuego, y humanos vestidos con batas blancas me observan arder... ¡Ah! ¡Ayuda, me duele, me muero...! ¡Me! ¡Siguen! ¡Fogueando! ¡Se ríen, ¿por qué?! ¡Se burlan!
GALLINA EN EL SUELO: Acabo de morir de sed y enfermedad en el hacinamiento de la explotación animal, no quiero versos, no quiero memoria, no merezco nada porque nada fui.

ÁNGEL: Estoy dormido.






¿Cuántos años te llevó escribir el libro? He leído por ahí que 30 años. Hay bastante material ya publicado sobre la obra años antes de editada, en muchos lugares...



NIÑO DE OJOS AZULES: Bajo la tierra se está bien, no se está tan mal. Pero no contar con mi padre y con mi madre, pues no es tan bueno.


ÁNGEL: En sueños te digo: Las voces que entran, como este niño 'muerto', y que escuches a lo largo de esta entrevista son las que me rodean siempre y, en particular, me han asistido sin cesar en la escritura del libro. Ese niño que camina ahora mismo en este instante buscando a sus padres por debajo de la tierra existe, va por debajo de la plaza que recorremos, por debajo de las calles, de la Iglesia, de los descampados, de las camas, y no habla, no puede, ahora lo hace porque La Bella ha abierto un gran agujero para todos ellos. Cuando La Bella Revolución entró en mi vida me mostró su ventana, como a tantos y tantas, me asomé y vi. Vi el futuro de la humanidad, que en realidad es el futuro de esta tierra (obvio, lo que haga el humano será en y hacia la pobre tierra y todos los demás habitantes animales, de impacto exponencial, siempre letal e irreparable), sentí una flecha entrar profunda en mi corazón y ante mis ojos ardientes de fuego en el aire las palabras La Bella Revolución. Era un título, lo sabía como poeta, y vi todas las visiones de la obra. Hace unos 30 años que eso pasó, como orfebre de la poesía; mas como salvaje del arte, he entrado en la obra por tiempos, meses la he trabajado, meses la he dejado descansar. Siempre haciendo cosa como animal, nunca como ciudadano, como nacido en nación humana alguna, sólo como salvaje, así pensaba para ella pues ella es así. Nunca he votado, soy anarca. Como animal, me supe animal después de creerme humano y habitante. Me despojé del nombre, los millones de reos animales no tienen identidad, no son nadie para los humanos. Así que soy tierra, soy tronco de árbol y soy ellos. Llámame si quieres "Vosotras/os".
ÁRBOL LEJANO: Encina que cae talada soy y ya no volveré a ver a mi enamorado el viento... adiós adiós he muerto. Qué tristeza, morir primero de alma que de cuerpo. Pájaros, no me miréis llorar tan caída; mar, no me sientas desde a lo lejos, que te presiento, arrugas tus altas cejas azules de espuma y viento de viejo ente germinal, no llores, me dañas aún más...
ÁNGEL: Y como árboles que caen y otros que suben así este bosque soñado que ahora toma vida sincera hablado por tantas voces. Ellas me dijeron: Comienza. Y hace poco me indicaron: Déjanos ya decir, ya somos todos los que debíamos ser, para cantar nuestra verdad por el mundo. Para gritarla, con garganta llena de sangre, eso sí.

¿Qué verdad?



ESTABLO DE CABALLOS: Somos los caballos blancos. Somos los caballos negros. Eh! También somos los caballos color tierra! Pero todos somos oscuros, porque el encierro, porque el no sol, porque el uso y porque la fusta.


CIELO SURCADO POR AVIONES AJQUEROSOS: Yo sueño con un día en que todos los que veía vuelvan a ser, vuelvan a ser por esos valles tan hermosos de abajo, que ahora se ven menos verdes. Sueño sueño con las miríadas de aves de hace unas décadas. ¿Dónde se han ido?
RAÍCES: De la mano de la mentira del humano.
CIELO ATRAVESADO DE CHEMTRAILS: Pues ¿adónde?
RAÍCES: Camino del Sol, no.
CIELO (rugiendo como truenos): Pues, ¿adónde?
RAÍCES: Yo tampoco las veo, a todas esas aves. No lo sé, la verdad. Sólo sé que cantaban a multitudes con el río, su canción común. Y sólo sé que el río ya no canta la canción Común.
RÍO: No es mi culpa.
CIELO DESPIERTO: Nadie te señala.
HUMANO: Callad todos, estúpidos. Ando trabajando nuevos muebles de pura madera de secuoya para el rey y me despistáis, si yerro en los arreglos finales será cortada mi cabeza. Me quitarán el catre y el techo contra la lluvia. Aquí todo depende de matar antes de que a ti te maten. ¿No es eso? ¡Es religión!
MACACO USADO EN UN LABORATORIO DE VIVISECCIÓN PARA COMPROBAR LOS EFECTOS DEL FUEGO EN EL ROSTRO: ¡Sigo escuchando voces? ¿Alguien me salvará? No de la muerte, digo. Porque muerto ya casi estoy. Digo de la pena.
ARENA DEL MAR: Cae la tarde, cae la tarde, y no hay ninguna guitarrista. La hierba me prometió que llegaría, una guitarrista. Que llegaría.
VIEJECITA PEQUEÑA AZULADA POR EL MAR: ¡Eh panda de cretinos! Fui yo la que susurró estos versos, que aparecen en el libro: "A la hora de las doce de hoy / se agostarán todos los vaqueros rojos / se teñirán de azul todos los caminos / tendrá el poeta sitio en tu corazón / vendrá la mar a tu puerta / serán trece las que coman margarita / en la calle tuya donde dices vivir / mis ojos, de ruina, sacrificarán tus dedos"
ÁNGEL: Sí, sí, Señora. No sabía fue usted, entienda, entiende, que son muchas las voces y sonidos que me llegan. Pero desde luego, sí son de su autoría. Yo duermo, apenado entre los corzos, yo despierto riendo entre las ramas calientes amarillas del lado posterior del Sol vegetal.
VIEJECITA: ¡Te los dije yo, se los dije a tu cuerpo muerto de dentro de unos años, me acerqué a tus restos y lo dije, y tú en el ahora lo escribiste, yo soy la callada, yo soy ese poema y todo el libro, pero no en todo el libro abrí mi boca de roca.
MINERO QUE MURIÓ EN LA MINA CON UN DERRUMBE EL 8 DE ENERO DE 1876: ¿Quién habla allí? ¿Qué voces escucho? Y ¿quién soy yo? ¡Mierda, necesito un cigarro!
TREN QUE PASA A LO LEJOS: "Childhood living is easy to do, The things you wanted, I bought them for you, Graceless lady, you know who I am, You know I can't let you slide through my hands,
Wild horses couldn't drag me away, Wild, wild horses couldn't drag me away"
ÁNGEL: Mi primer recuerdo de niñez es verme de pie en una palangana azul y mi madre bañándome con una suave esponja. Y que no quería ser mayor, veía a los adultos y decía: 'yo no quiero ser nunca como eso'!
IRATXE: Yo te quiero así, con tu mirada de niño y tu corazón de bebé, inocente.
ÁNGEL: Y yo te amo por haberme recibido como nunca lo hizo la tierra, porque los demás humanos me alejaron de ella y ahora eres tú, y por eso apareces, Iratxe, mucho en el libro, sobre todo en el apartado "Cantos para Iratxe".





En la obra La Bella Revolución, existen poemas que han sido convertidos en canción:

En total, por ahora, 13 poemas y conjuntos de versos se han hecho canción, por distintos artistas y músicos. La totalidad de ellos aparece en el Epílogo del libro. Pero puede rastrearse esto en internet, poniendo "La Bella Revolución" +canción. He hecho un recuento de canciones que se han hecho sobre poemas y letras mías por distintos cantautores y bandas y son hasta ahora más de 30. Probablemente aparezcan con esa simple búsqueda en Google alguna de ellas. Como muestra puedo decir que "Por nosotros dos", hecha canción por Rocío Ro, es maravillosa. "Decir de los silenciados", convertida en canción por Electric Xandra, es de lo mejor musicalmente que se ha hecho de lo mío, y "Toro", de John Conde, es una tremenda bomba musical para este mundo callado y cómplice del estío en cenizas.
PÁJARO EN JAULA: Yo he escuchado una de esas canciones.
ÁNGEL: ¿Cuál, hermano mío bello, bb, santo, piedra, corazón, reino verdadero, vibración continua?
PÁJARO EN JAULA: La de "Clan Somos Clan". La pone mucho la vecina de mi dueño. Mi dueño me limpia cada día la diminuta jaula. Me habla y me pide que cante. Yo lloro y él sonríe y da palmas. Los pájaros en jaula tenemos dueño, como los coches son conducidos por conductor.
ÁNGEL: Tu canción fue callada con la esclavitud, hermano ave. Pero un gran aliento llega y se yergue muy alto y en él estarás, como todos los reos, en la luz cálida de lo libre, llega el día.
PÁJARO EN JAULA: Confío en ello. ¿Cómo he de creerte, si tú eres un humano?
ÁNGEL: Hace tiempo que renegué de sa condición. Me declaro animal. Y escupo en cada bandera de los territorios humanos. Vamos a romper tu jaula, y te vamos a abrir la puerta.
PÁJARO EN JAULA: Pues voy a trinar, me puse contento al escucharte, aun en este infierno, esta muerte en vida, trinaré con mi voz la letra de Clan Somos Clan: "Si la memoria no engaña / vamos en un mismo barco. / Si es que ahora escuchas mi voz, / es que aún no te han vencido, / Somos Clan. // Tú te ocultas, yo te llamo. / Yo en la sombra, tú al solar. / Billones de ojos iguales, / Clan Somos Clan..."
ÁNGEL: Prometo que escucharás la canción entera un día, el gran día, hermoso hermano. Tu sufrimiento es el mío y no me detendré hasta llevarte de la mano al vuelo del firmamento alto que tuviste que vivir en tu nacimiento y se te robó miserablemente.
LA LETRA K: Yo soy la letra K.
EL COLOR AMARILLO: Y yo el color amarillo. Me gustaría ser color rosa. ¿Me podéis mirar rosamente?
ÁNGEL: Yo te veo rosa. Para eso se escribió La Bella Revolución. Para cambiarlo todo.
CABALLO PONI: Nací en el circo. ¿Moriré en el circo? En sueños me veo caminando sin dolor entre almendros en flor. ¡Pero luego despierto, Aquí!




 

Cualquiera, con tu trayectoria activista y obras escritas, podría decir que La Bella Revolución es un libro animalista, o para animalistas. ¿Eso es así?

En La Bella Revolución hablan humanos, y te puedo decir que muchos.
Que exista la esclavitud animal se debe a que existe la esclavitud humana. Las cadenas no existen sólo las visibles. Hay cadenas que no se enrollan en piernas ni manos, físicamente, pero aprietan mucho, y encallan, apresan para siempre. Dolor sin sanar, crece. Sangre vertida hace río rojo, caudaloso, que sube al cielo como una tragedia, la actual, que evidencia que todo ocurre por la nefasta relación que el humano ha mantenido torpe y egoístamente con todo el mundo vivo, por su engreimiento, por creerse dueño de todo y el mejor. ¡Qué estúpido! Lloverá sangre. Ya casi llueve de ese color.
NIÑA DE TRENZAS AZULES QUE JUEGA A LA COMBA: Yo no soy estúpida.
ÁNGEL: Tú, no. Normalmente, cuando me refiero a los humanos no incluyo a los niños. Aunque sepa que en potencia un niño humano es un futuro explotador, por la educación, por imitación. Pero vosotros, vosotras/os sois inocentes!
NIÑA SALTANDO A LA COMBA EN EL PATIO DE UN COLEGIO ABANDONADO: ¡Yo no imito a nadie! ¡De hecho, cuando todos los otros niños crecieron yo seguí aquí, tan pequeña. Ellos fueron a la Universidad, más mayores, o se drogaron, o cogieron un oficio, ¡yo qué sé! ¡Muchas cosas!; y yo seguí aquí, en el colegio cuando éste fue abandonado del todo. Y ahora muchos de mis antiguos compañeros han muerto, tuvieron hijos y vivieron sus vidas, y yo sigo jugando a la comba en este patio, aún por las noches. Canto bajo las estrellas, en este pequeño patio de recreo.
ÁNGEL: Tú eres una de tantas voces, niña amiga, que aparece en el libro. Entre una coral de miles de niños que en ciertas partes aparecen, te he reconocido. En general en La Bella Revolución hablan todos los solos, reunidos. Es un libro que parte de una multitud de soledades y se eleva en condición de legión vigorosa de dignidades renovadas.
NIÑA: ¿Entonces, si salgo en una obra, ¡literaria! ¡wá!, seré eterna?
ÁNGEL: Ya lo eres. Quien juega, y lo hace a conciencia como tú, es siempre eterno. Los animales libres son eternos en sus mentes y en sus observaciones y cuando se detienen, la vida no tiene un destino ni un futuro si uno se detiene como debe hacerse, como una flor o como la marea cuando va y vuelve en ese momento de marea que choca entre sí y la mira el cielo una espuma idéntica a la otra, gotas de agua iguales y distintas, una espuma que erosiona la piedra, que tumba las montañas, y que canta, que puede cantar también y sobre todo Cantar.

"Carta a los aún no nacidos", "Yo llamo a un mundo", "Han entrado caballos", "Oraciones"... son títulos potentes y muy líricos. ¿La obra busca a través de un determinado lirismo y/o distintas fórmulas conscientes conmover al lector para la causa de la liberación animal? ¿Cuánto hay de razonado y cuánto de intuitivo inconsciente?

YEGUA AMARILLA: En la "Carta a los aún no nacidos" hablé mucho yo, fui a Ángel mientras dormía y en sueños le eché mi vaho negro, de muerta titiritando de miedo y frío.
BARCO LEJANO: ¡Yo también ayudé en ese poema, la tarde en que hablé a través de una pareja de jóvenes de los que Ángel escuchó decir algo que le motivó a escribir con rapidez muchos de los versos de esa Carta!
ÁNGEL: Una descomunal corriente de voces y vidas y ecos de finamiento me dictaron el libro, desde hace años hasta ahora. No busco únicamente derribar los encierros animales, busco derribar toda la mentira. No con una verdad inalterable y suprema. Sino con un decir que es verdadero, sencillo y desencadenado. No puedo negar que como poeta tengo muchos años de oficio. Pero me dije siempre a mí mismo que no daría por terminado el libro hasta que estuviera lo suficientemente loco como artista. Hoy lo estoy, y llegó, pues, el momento. Sólo la locura -que es todo lo contrario a los razonamientos enfermos del obsesivo y simplón humano, loco entre los locos, rey de los locos entre los más locos de todos los universos- podría traer un libro así. Pero hay una diferencia muy importante en estar loco porque te volvieron loco los demás (sectarismo humano) y mi locura, que es de las buscadas 'conscientemente', devenidas naturalmente al mismo tiempo. Que yo mismo me sorprendo al verlo acabado, el libro, es una realidad. Me digo ¿esto lo hice yo? Y, naturalmente sé que no. 'Yo' soy sólo una de las tantas voces que aparecen en la obra y que la construyeron, o deconstruyeron. Quien lea el libro sabrá de qué hablo. O quizá no. Porque yo mismo no sé muchas cosas de él. Se me ha dicho que incluso hay lenguajes cifrados, ocultos, que aparecen canciones dentro de ciertos poemas y apartados que sólo una observación no atenta encontrará. Y voces, y cosas y paisajes no dichos con palabra que se pueden ver y existen en la obra. Yo no sé. Huyo mucho de la razón. Me dedico al mero sentido común. Lo que me duele a mí le duele al otro. Sé que mis vecinos en su mayoría están enfermos de obsesión por lo correcto, por el orden, y al mismo tiempo para ellos lo correcto y lo ordenado es lo monstruoso. Sin imaginación individual no se ven las puertas. Para ver las puertas hay que pensar en nada. Dejarse llevar. Hoy muy pocos se detienen. Sólo atienden al pensamiento único. Escuchan para saber y acatar. Atentamente, sobriamente, protocolariamente. Lo atento nos mató. La razón nos destruyó. Esta obra viene por el camino de lo loco, porque estamos desesperados. No hemos preparado algo distinto para distinguirnos de los demás. Sencillamente venimos de un duro parto. Y hemos nacido. Y ahora no nos detendrán, porque unos sobre otros somos más altos y lejanos que el fin del infinito. Somos. Nosotras/os. Lo que nadie esperaba.




¿Crees que llegará un día en que la Tierra sea un lugar habitable sin guerras ni desigualdades y donde el respeto a los animales sea una realidad?

Yo no creo nada.
Creer es lo que ha incendiado las manos de papel del humano moderno, el corazón de papel, fuego fuego. Su yo de papel, pura llama. Razón. Fe, certeza. Todo eso que se vende como valores, es pura nada, además enfila a los reos humanos por los caminos de la destrucción más absoluta. Caminan por dentro de sus casas en llamas desayunando tranquilos como si no existiese el fuego. El cielo está negro y lo ven azul.
Compiten, competir los hace odiadores, se odian entre todos. No son un yo. Son un yo en comparación con. Eso es una destrucción para sí y para el derredor.
Yo sólo creo en el hecho poético, en los sueños. En el nuevo mañana. Sí, creo en el poder de la palabra. La palabra mató casi todo el mundo vivo y lo sometió a cadena. La palabra debe ser la libertadora y la que ejerza justicia y enterramiento a la Mentira.
Nosotras no venimos a decir la verdad. Sino a señalar la mentira.
LORO EN ZOOLÓGICO: El mundo es un zoológico.
LORO 2 EN ZOOLÓGICO: El mundo no es un zoológico, fuera de aquí existe el mundo.
LORO 3 EN ZOOLÓGICO: Yo creo que el mundo es el zoológico y nuestro pecho. En mi pecho hay más hierba y firmamento que las que podemos ver desde aquí.
LORO 1: ¿Cómo puedes saberlo?
LORO 3: Lo presiento.
LORO 1: Bendita locura la tuya. No hay nada más que esto, nada más.
LORO 2: Algún día seremos lo que vinimos a ser.
CERDO ENTRANDO AL MATADERO: Algún día seré lo que vine a ser.
ÁNGEL: Estoy dormido.
CABALLO ARRASTRANDO CARRO PESADO: Llegará el día, todo lo leo en las hojas que veo en ramas de árboles, se me dice y creo es promesa. Estiro el carro, lloro. Pero algún día será distinto.
ÁNGEL de la mano con ÁGUILAS REUNIDAS A RAS DE SUELO PARA ESTA ENTREVISTA: Hablamos muchas esperanzas reunidas. En La Bella Revolución atruenan, cantan, sueñan, gritan, susurran y claman millones de voces una esperanza que une a todos los corazones que laten en esta tierra esperanzada con un cambio rotundo. ¿Qué impide a muchos deseando cristalizar una visión común de mundo, si a otros la cristalización de una visión mucho peor se les permitió por los demás? Pelearemos. Y desencadenaremos por todo el orbe a la Libertad. Y cuando camine descalza por las calles todos los ojos verán lo que nunca vieron.

¿Qué debemos ver para comenzar a reparar el mundo? ¿Se dice en el libro?

A nosotras/os. Pero no en el espejo. En el reflejo del río, y no un rato, sino durante largos días.
PUERTA: Y nosotras todas abiertas.
ÁNGEL: Por supuesto.
FINCA: Y nosotras, todas caídas en cascotes, queremos ser camino.
ÁNGEL: Estoy dormido.
RABINO: Yo me largo de la Iglesia, aquí huele a rancio y se está hablando de algo grande allí afuera.
PERCHA DE ROPA: Ya no cargo prenda alguna. Dicen que van a ir todos desnudos.

NOTA INFORMATIVA:
"La Bella Revolución" se puede pedir en librerías de toda España. También pidiéndola al correo info@amargordediciones.com, de las siguientes formas:
BIZUM:
-El pago se realiza al número de Bizum siguiente: 642 60 35 29 (que es de José María de la Quintana
Jiménez -el editor-).
-Una vez transfieras los 13 euros que vale el libro (gastos de envío gratis), mandas copia del ingreso a info@amargordediciones.com, no olvides en ese correo indicar tu nombre completo y dirección física para que se te envié el libro.

TRANSFERENCIA BANCARIA
Si lo prefieres, puedes pedir el libro pagándolo mediante transferencia bancaria, al número:
ES91 2100 5813 5513 0015 1226
(una vez realizada la transferencia, se manda copia de ésta al correo info@amargordediciones.com, indicando nombre completo y dirección de la persona a la que se deba enviar el libro).

ALGUNAS NOTAS DE PRENSA APARECIDAS SOBRE LA SALIDA DEL LIBRO:


https://www.elperiodic.com/castellonense-angel-padilla-publica-bella-revolucion-poemario-para-liberacion-animal_809896



https://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/3495794/publica-bella-revolucion-angel-padilla




PILAR QUIROSA

 

PILAR QUIROSA


Pilar Quirosa o la celebración de la vida 

(¡Nunca el olvido!)

(IV)



PILAR QUIROSA

Nada como la poesía para reconciliarse con el mundo y consigo mismo. La poesía no es sino un misterioso fulgor, un temblor continuado, un refugio necesario para un tiempo -este tiempo- prosaico y espurio. Hoy, día 28 de marzo, la poeta Pilar Quirosa-Cheyrouze habría cumplido 66 años. Quizá el recuerdo sea de lo poco que nos queda a quienes vivimos junto a ella días especiales alrededor de los libros, de la literatura en general o la poesía en particular. El de hoy es, agridulce. Por una parte porque sentimos su ausencia, por la otra porque tendremos siempre la oportunidad de regresar a sus poemarios, a su lumínica escritura, como lo hago ahora, al traer a este espacio su libro Valle de Lanz. En este poemario se encuentran muchos sueños, la vida misma. Un apreciado y justo prólogo del también poeta cordobés Manuel Gahete precede a este poemario que, dividido en tres partes: “18 de febrero”, “La torre de los vientos” y “Las mismas estrellas”, toma por título Valle de Lanz, publicado en la colección Ánfora Nova, que dirige el editor y poeta José Mª Molina Caballero.  Ya desde los primeros versos hallamos la clave temática y formal de este poemario que Pilar Quirosa nos legó y que confirma, una vez más, que su voz, su singular voz poética merece estar entre las más importantes de la poesía andaluza contemporánea. Me refiero a la presencia de su voz a través de la memoria: “Escuchar la voz de la memoria, / y, en silencio, cerrar los ojos / y hacernos noche / dibujando un rostro”; de lo vivido como experiencia esencial para conformar la expresión del ser, su ser poético trascendido en vital humanismo, en otredad. Pilar Quirosa, en continua alianza con la Naturaleza, mantiene el tono y el pulso poético aprehendido de la tradición clásica, conjuga sentimiento y conocimiento para acercarnos a su mundo, a su íntimo universo para compartirlo y vivirlo junto a todos: “En este valle de todos”. En su desasosiego, en su búsqueda por la verdad —su verdad—, Quirosa-Cheyrouze recorre todos los caminos posibles, porque sabe que sólo de esta manera se hallará a sí misma y al otro, los otros. En el prólogo citado, el poeta Manuel Gahete nos aproxima a la figura de Pilar Quirosa de esta forma: «Cada creador escoge modos de aproximación singulares, forjados sobre los modelos culturales heredados que dan noticia del acervo intelectual, más estimable cuanto más prolífico, sobre los que erigir un espacio propio, habitado por la experiencia y la ciencia, cincelados por la sensibilidad». Valle de Lanz es un viaje que necesitará de las alas del tiempo para ascender a las más altas cumbres o descender al más oscuro de los abismos, siempre en la esperanza de hallar un nuevo horizonte. De ahí que la poeta se exprese con la rotundidad que ejercen los versos de arte menor, también de las estrofas. Todo es esencia en este poemario, luz o llama, encendida palabra. Nada, ni la tristeza ni la soledad que golpea a veces con violencia la apartarán del sendero-amor: “Sí, la noche lo sabe / y conoce infinitas estancias, / la fiebre del amor y la tristeza, / las estela futura, reconocible / en la eternidad del aire”. La fuerza de la naturaleza en los vientos poéticos que surcan este Valle de Lanz, de norte a sur, de oeste a este, congregados en “La torre de los vientos”: “Y dame el agua, mientras / nos cobija el notos”. Y así, con la mirada en la vida que surge a su alrededor, acontece el asombro de los recuerdos convertidos en música o en voces que hallan en la voz de la poeta, un cálido refugio, un sueño irrenunciable: “Yo también te esperé / en este valle de Lanz, / al mismo tiempo / que las sombras oscurecían / un debate sin certezas. Las voces y la luz, / volver atrás en el tiempo…”.  La poesía por íntima vitalista o viceversa de Pilar Quirosa encuentra en las cosas sencillas su razón primera, y a través de ellas, construye una obra sólida, a veces hermética, abierta y luminosa otras, pero siempre coherente. Escribe Quirosa-Cheyrouze:


“Te adeudo

la memoria de la luz,

un lugar donde el mar es. El regalo de las palabras,

el nuevo sol y la nueva lluvia.

Te adeudo la vida,

antes de que anochezca”.


Vuelve el paso del tiempo a la memoria, a la esencialidad de su poesía para describirnos y descubrirnos otros mundos posibles que nos devuelvan la palabra luz-vida: “Fue antes de ayer y aún persiste / el legado fiel de la palabra / la respiración de la vida / arañando cada verso”. Han transcurrido ya tres años de su ausencia, pero nunca el olvido, para quien nos acogió en su regazo lírico para mostrarnos el camino de la luz y los silencios más bellos conocidos. Como conclusión me quedo con las palabras de Jiménez Álvarez, recogidos por Manuel Gahete en el prólogo de este Valle de Lanz: «Pilar franquea siempre el riesgo de una poesía nada cómoda, hermética a veces (…) y en constante evolución hacia una forma singular de expresar y sentir un mundo subjetivo, y también real, repleto de matices. Y esto sin olvidar que se debe a la vida, a un contexto concreto, a un tiempo que le presiona y le libera del mismo modo, a unos personajes, a una realidad, en definitiva, de la que obtiene motivos con los que   recrea la vida y de la que da testimonio. Pilar es libre y libre su palabra, tierna y dulce, meditada y coherente. Siempre alerta al hondo sentir de lo humano». Hoy, mi querida Pilar, sigues viva en mi recuerdo, y libre, como las aves que surcan el cielo de esta tierra almeriense y que tanto amaste.  Y en la palabra escrita, en el fulgor de tu palabra, eterna.  



 


Mi gato Lourditos

Mi gato Lourditos

 


Mi gato Lourditos 



Luli se fue paseando a la luz, 
así como hacía cuando iba a tomar el sol en la terraza.
Su hígado no  pudo más...
Ahora brilla en el cielo 
y sus rayos me tocan, 
porque le querré y le quiero.


Mi gato Lourditos

 




Mi gato Lourditos 



Luli se fue paseando a la luz, 
así como hacía cuando iba a tomar el sol en la terraza.
Su hígado no  pudo más...
Ahora brilla en el cielo 
y sus rayos me tocan, 
porque le querré y le quiero.


Cobardes en la sombra

 





Resistir ante el acoso constante de la muerte

Cobardes en la sombra


Canciones de cuna, mentiras, filosofías inciertas, hipocresías, calumnias, desiertos de dudas, pájaros volando y cantando y Carabobo, el parque de mi infancia, de la residencia, del metro, con coches americanos, la policía a un lado (PTJ), en la esquina de la manzana, con los negros y yo, avenida México, Nuevo Circo, La Hoyada, San Jacinto... Como cuesta salir a la calle en Caracas... es costoso el precio que se puede llegar a pagar.

Me cae mal C. S. G. Le odio, se pone a cantar y no para, ríe, me incomoda y ganas tengo de silenciarle con mi rabia y mis palabras. No soy nada para ti, nada significo, mi tiempo se acaba y debo contarlo. No soy la esperanza. Sólo veo morir el amor y nacer el sufrimiento cuando tengo que resistir a su lado para ganarme el pan de todos los días.

Resistir ante el acoso constante de la muerte que promete ser eterna, de los que han sido cómplices, poco valientes y capaces de dar fin, cobardes en la sombra, que disfrutaron con la inquietud de los inocentes, resistir en esto y decir: quiero salir, no soy la bella mañana, quiero salir, resistir, es mi lucha, con peso en el alma de niña, de su personalidad irritada cuando quiere un caramelo, de su oscura fragancia de rosas, de olor a muerto, dolor y tortura. Incapacidad para defender este orgullo necio, herida a fondo, con pérdida de amor y luto.

Resistir, aunque pida a todos que no corran, que no pasen de 50 kms por hora para llevarlo mejor y finalmente, para nada, pues todos corren a gran velocidad.


Peregrina Varela


Cobardes en la sombra

 

COBARDES EN LA SOMBRA


Resistir ante el acoso constante de la muerte

Cobardes en la sombra


Canciones de cuna, mentiras, filosofías inciertas, hipocresías, calumnias, desiertos de dudas, pájaros volando y cantando y Carabobo, el parque de mi infancia, de la residencia, del metro, con coches americanos, la policía a un lado (PTJ), en la esquina de la manzana, con los negros y yo, avenida México, Nuevo Circo, La Hoyada, San Jacinto... Como cuesta salir a la calle en Caracas... es costoso el precio que se puede llegar a pagar.

Me cae mal C. S. G. Le odio, se pone a cantar y no para, ríe, me incomoda y ganas tengo de silenciarle con mi rabia y mis palabras. No soy nada para ti, nada significo, mi tiempo se acaba y debo contarlo. No soy la esperanza. Sólo veo morir el amor y nacer el sufrimiento cuando tengo que resistir a su lado para ganarme el pan de todos los días.

Resistir ante el acoso constante de la muerte que promete ser eterna, de los que han sido cómplices, poco valientes y capaces de dar fin, cobardes en la sombra, que disfrutaron con la inquietud de los inocentes, resistir en esto y decir: quiero salir, no soy la bella mañana, quiero salir, resistir, es mi lucha, con peso en el alma de niña, de su personalidad irritada cuando quiere un caramelo, de su oscura fragancia de rosas, de olor a muerto, dolor y tortura. Incapacidad para defender este orgullo necio, herida a fondo, con pérdida de amor y luto.

Resistir, aunque pida a todos que no corran, que no pasen de 50 kms por hora para llevarlo mejor y finalmente, para nada, pues todos corren a gran velocidad.


Peregrina Varela


EL ADIÓS

El adiós

 


El adiós 

Siendo luz, dejaré de ser yo


Seré fuerte para decir adiós, para el momento de la despedida, yo sé hacerlo.

Quiero ser la luz principal del protagonista de aquella escena, debo ser bombilla, luz solar, linterna, pila. Mi capricho es ser la luz para permitir que todo se vea y dar calor, sensación especial que a todos apetece. La luz secundaria, de fondo y el contraluz lo dejo a otras personas, con otras inclinaciones o vocaciones. Siendo luz, dejaré de ser yo, de carne y hueso, y podré pasar desapercibida por tus aceras, por tu trabajo... como si fuera por debajo de un túnel oscuro, y todo, hasta que acabes de rodar tu película. Me iré luego y seré yo de nuevo, podré recordar que estuvimos juntos. Tú, no.

Peregrina Varela


El adiós.



 


El adiós 

Siendo luz, dejaré de ser yo


Seré fuerte para decir adiós, para el momento de la despedida, yo sé hacerlo.

Quiero ser la luz principal del protagonista de aquella escena, debo ser bombilla, luz solar, linterna, pila. Mi capricho es ser la luz para permitir que todo se vea y dar calor, sensación especial que a todos apetece. La luz secundaria, de fondo y el contraluz lo dejo a otras personas, con otras inclinaciones o vocaciones. Siendo luz, dejaré de ser yo, de carne y hueso, y podré pasar desapercibida por tus aceras, por tu trabajo... como si fuera por debajo de un túnel oscuro, y todo, hasta que acabes de rodar tu película. Me iré luego y seré yo de nuevo, podré recordar que estuvimos juntos. Tú, no.

Peregrina Varela


Miseria en los zapatos

Miseria en los zapatos, publicado por Javier Cluj en la revista La Enzina

 


“No tiene sentido reflexionar sobre los zapatos, decía uno de mis amigos. A mí sin embargo, siempre me ha gustado mirarlos y reflexionar sobre
ellos. Tengo la idea de que las cuestiones más complejas se podrían comparar con los zapatos, y quizás por esto los zapateros son tan a menudo filósofos”. H. G. Wells, célebre novelista británico de prodigiosa imaginación firmó un artículo que se hizo justamente popular llamado “Miseria de los zapatos”, en el que con detallado análisis retrata las injusticias sociales de su tiempo a través del calzado y las malformaciones que su mal uso o mala calidad produce en los pies. H.G, Wells fue un socialista fabiano o socialista “conservador” que anhelaba cambios profundos, pero paulatinos, pues temía sabiamente a las revoluciones por su estela de violencia y sangre y por su tendencia probada a devenir en regímenes aún peores de los que surgieron. La historia, de momento, parece darles la razón a los fabianos.


Donde vivo, el calor tarda en marcharse y lo hace con la resistencia de un terrorista atrincherado. Tenemos muchos veranos después del verano, adjetivados con nombres de santos, cada vez más alejados del verano real. Me pregunto si Murcia no tendrá denominado un maldito verano navideño como el que sufrí en 2019, con mi hermoso abrigo inútilmente colgado de mi brazo a modo de mandil. El frío acaba llegando todavía, cada vez de forma más brusca y tardía, como empujado por una legión de antidisturbios. La vestimenta va cambiando como manda la necesidad, pero hay quien parece ajeno a estos cambios. Unos cuantos de mis vecinos subsaharianos usan las mismas chanclas baratas todo el año. Podría suponer que el rigor del frío no es tanto por estas latitudes, yo mismo tardo en sentirlo después de haber vivido en Europa del Este varios años. Ver ropa congelarse en el tendedero o pasar por una temperatura atmosférica inferior a la de mi congelador doméstico permitiría a cualquiera la ilusión de vivir en una primavera permanente por estos pagos. Pero me extraña que quienes vienen de regiones del globo no precisamente frescas tengan ese desprecio hacia el frío. Cuando el mercurio baja, observo que añaden unos calcetines de lana a su calzado veraniego. Otros llevan bien acabada la jornada laboral unas botas pesadas de trabajo, aún con un barniz de barro adherido. Son los zapatos que cualquiera arrojaría lejos a la menor ocasión si tuviera que llevarlos durante un largo y extenuante día de trabajo. Si aún los finos castellanos de un oficinista son una tortura tras mucha tarea, no quiero pensar en un día completo con ese complemento apto para un paseo lunar.


Estas excentricidades pueden entenderse cuando nos planteamos su posible alternativa: salir a la calle descalzo. No está hecha la ciudad actual para emular al simpático Huckleberry Finn, aunque parece que las condiciones de vida de una parte creciente de la población sí empiezan a parecerse a las de los lejanos tiempos de Mark Twain. En este viaje de vuelta al siglo XIX en que nos hemos embarcado en los últimos años de acumulación de capital y desigualdad el opúsculo de Wells vuelve a cobrar vida tristemente.

¿Cuántos pares de zapatos tenemos? Los de estar en casa en invierno, los de andar por casa en verano, los de ir a la playa, los de fiesta, los de diario, los buenos para bodas y entrevistas de trabajo, los de deporte, los que están viejos pero aún aguantan, los que apenas me pongo porque no me combinan con nada… Pensemos un momento en la aterradora opción de solo disponer de un par para cualquier circunstancia. Pensemos ahora que ese par fueran no los socorridos tenis que nos harían parecer otro adolescente, escuadrón de soldaditos siempre en chándal y deportivas, sino cualquier otro tipo mucho más inadecuado.

La famosa ley de hierro o de bronce de David Ricardo sobre salarios establecía un mínimo socio fisiológico al entender que no basta con sobrevivir, sino que hay unas necesidades sociales o culturales más allá de la subsistencia como organismos vivos, que nuestro sueldo debe cubrir. Por lo visto hasta el liberal clásico Ricardo es demasiado laborista para los tiempos que corren. Con menos aparato conceptual a esto solíamos llamarlo “dignidad”. Creo que no voy a encontrar a nadie que me recuerde a Tom Sawyer, pero sí encuentro a muchos que me recuerdan a Jim.

Una vez, de niño, se me hizo un inoportuno agujero en el zapato y mi madre me dijo que debía esperar a primero de mes para comprarme unos nuevos porque estaba justa de presupuesto, lo que me irritó mucho. Faltaban apenas unos pocos días. Tengo la sospecha de que algunos de mis vecinos llevan años, quizá toda una vida viviendo a fin de mes.




Javier Cluj


Javier Cluj, nacido en 1980 con apellidos más comunes. Escritor, profesor y director de escena. Estudios de filología y antropología social. Vida laboral discontinua y errante por España, Alemania, Polonia, Hungría, Rumanía, Turquía, Bulgaria y El Salvador desde hace casi veinte años. Ama el teatro. Conservador solo en formas y maneras. Socialdemócrata y progresista convencido. Orgulloso alumno de escuela pública y de familia obrera. Político fracasado en formaciones políticas centristas. Español sin fanatismo ni vergüenza, pero con muchas dudas y desazones. Activista por los derechos humanos, especialmente preocupado por los inmigrantes, las minorías sexuales y la justicia social. A la derecha dentro de la izquierda. Anticuado entusiasta del progreso y la modernidad. Sueña con una España que labre su gloria ensanchando el caudal del conocimiento científico y de la dignidad humana. Detesta el fútbol. Escéptico y crítico. Amante del arte clásico, de la literatura y de la música antigua sacra. Ateo. Profundo interés por las ciencias sociales. Defensor de la heterodoxia. Exasperante curiosidad. Autor de dos obras de teatro estrenadas y publicadas en Rumanía: “Ionut” y “Acuario” y de otras que no pudo editar. En breve lanza un libro de relatos: “Fabulino”. Cuarenta años de nada y en otros cuarenta será nada. Otra mancha de tinta en este papel.

Castañas de Negreiroa

 



Castañas de Negreiroa



La
tierra de mi abuelo, enamora



 



Las castañas estaban buenas. Las asamos al horno. Las
recogí una a una pinchándome los dedos, por hacer ejercicio, por ahorrarme unas
pesetas, no lo sé bien. Fueron casi 10 kilos, me llevó varias horas. Yo, que no
soy campesina, acabé con las manos de obrera china. De aldeana que tiene por
bienes su casita de piedra, sus solares y su tractor viejo y rojo. Ellas jamás
tendrán manos de pianista o de modelo publicitaria. Son ásperas y arrugadas
ellas y sus uñas son negras. El jabón tendría poco efecto sobre los tatuajes
del más puro campo. Pero son ellas, las mágicas mujeres que mueven el mundo,
alimentándolo.



Peregrina Varela

ANA J. EGEA

  ANA J. EGEA HERVÁS . Calasparra (Murcia) 06/06/1953 - Tíjola (Almería) 26/12/2022 Nacida en Calasparra (Murcia), en una familia muy humi...