Al pueblo de Beires. Arcadio
Al Pueblo de Beires Camino por tus calles, un embrujo envuelve mi alma, paso el puente, los álamos me donan sus hojas . En forma de corazones, melodías a trinos de ruiseñores, aromas, a jazmín y albahaca, me hacen recordar que aún existo. Me cruzo con sus bellas mujeres, me fijo en sus ojos, son luceros que iluminan el firmamento. Las quimeras de mi cerebro me hacen detenerme en la fuente del chorrillo al ver, a una zagala nazarí. Jugando con su agua, me dice, estoy esperando que el alba levante las tinieblas de la noche y cuando arrecie el viento Mis cabellos bailen como olas con crestas de plata y cánticos de sirenas. Eres un pueblo pequeño, pero grande como el corazón de tu gente. Corría el año 1570 y encontrándose Don Juan de Austria en la cruz de san Cecilio pronunció estas bellas palabras: Beires Yo te bautizo con el sobrenombre de