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Cuchillos sin filo y grifos sin agua. Carlos Samaniego Villasante

Vivimos rodeados de objetos “inútiles” y de servicios que no funcionan bien. Cuando nos reunimos algunos amigos en el restaurante del barrio para pasar una velada agradable, las cosas con frecuencia se nos ponen difíciles por el humo, el bullicio de la gente, los camareros corriendo, y algunos niños jugando al escondite entre las mesas. Al cabo de un rato terminamos gritándonos unos a otros para hablar, porque las mesas están tan cerca unas de otras, que nos enteramos de la conversación de los vecinos pero no escuchamos bien al que tenemos enfrente. Es en ese momento cuando uno se da cuenta de lo bien que podríamos estar en la cocina de casa, preparando unos Huevos Fritos con Patatas , ante una botella recién descorchada de tinto de la Ribera. Si en el postre intentas cortar la naranja con el cuchillo de postre que te han puesto, descubres que es imposible porque carece de filo. Por tanto, tienes que pelarla a mano, mientras contemplas incrédulo el cuchillo una y otra vez -obra maestra

Cuchillos sin filo y grifos sin agua. Carlos Samaniego Villasante (pág. 118- El Tranco I)

  Vivimos rodeados de objetos “inútiles” y de servicios que no funcionan bien. Cuando nos reunimos algunos amigos en el restaurante del barrio para pasar una velada agradable, las cosas con frecuencia se nos ponen difíciles por el humo, el bullicio de la gente, los camareros corriendo, y algunos niños jugando al escondite entre las mesas. Al cabo de un rato terminamos gritándonos unos a otros para hablar, porque las mesas están tan cerca unas de otras, que nos enteramos de la conversación de los vecinos pero no escuchamos bien al que tenemos enfrente. Es en ese momento cuando uno se da cuenta de lo bien que podríamos estar en la cocina de casa, preparando unos Huevos Fritos con Patatas , ante una botella recién descorchada de tinto de la Ribera. Si en el postre intentas cortar la naranja con el cuchillo de postre que te han puesto, descubres que es imposible porque carece de filo. Por tanto, tienes que pelarla a mano, mientras contemplas incrédulo el cuchillo una y otra vez -obra maest