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Mostrando las entradas etiquetadas como Emilio Barón Palma

El caso Vladimir. Emilio Barón

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PERO NO CREAN, LA COSA fue de a poquito, y aquella tarde no pasaron de comprobar mutuamente que les gustaba besarse. Con el tiempo, llegaron a instalarse en una especie de ceremonial erótico-amistoso que duraría varios meses y que se desarrollaba casi todas las tardes y casi invariablemente del siguiente modo:   Ani llegaba, bueeeeeeenas, su carita morena y moruna colocando una sonrisa entre la puerta y su marco, adelante preciosa, respondía él como en las películas, y entre sonrisas y bromas hete aquí a Ani colocada en cuarto y aplicando sus labios en morrito sobre la boca en morrito de Vladimir, que, qué ricos aquellos besos, ¿eh?   -Como todos los besos ricos, señor escribidor, ni más ni menos.   -Sin duda, sin duda. Bien; seguían así un buen rato interrumpiendo el contacto dermobucal para intercambiar explicaciones, frases banales de no vine antes porque, o he venido antes porque, en las que normalment

Emilio Barón. Sobre Luis Cernuda, poeta

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Luis Cernuda poeta Libro que versa sobre la vida y obra del poeta Luis Cernuda " Es cierto que fue hosco y difícil, susceptible, irritable y víctima de furores pueriles: vivía a la intemperie y casi indefenso. Era vulnerable y lo sabía.... Sus virtudes fueron poco comunes: sabía guardar los secretos; era leal y firme; no era chismoso ni adulador ni mentiroso; era recto. En materia de opiniones y gustos -morales, estéticos y sexuales- fue íntegro, entero. Tuvo fama de intransigente porque en el reino literario reina la duplicidad; en realidad fue incorruptible. .." Retrato de su complejo carácter expresado por OCTAVIO PAZ, y que según el autor del libro, EMILIO BARÓN, es su mejor crítico. Donde habite el olvido Donde habite el olvido, En los vastos jardines sin aurora; Donde yo sólo sea Memoria de una piedra sepultada entre ortigas Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios. Donde mi nombre deje Al cuerpo que designa en brazos de los siglos, Donde el deseo no exista. E

Ciudad de Viento y Sol. Emilio Barón Palma

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Mírala. Es la tierra que te vio crecer. Recatada y aparte. Al norte, campos verdes y montes de los Vélez, con el castillo aquel empinado entre riscos, fantasmal y soberbio. Las playas arenosas de Levante, Rodalquilar, El Plomo, Aguamarga, Las Negras, ... En su mitad más honda, el río Almanzora, canteras de mármol, agua y frutales. La herida blanca luego, abierta al sol, de Sierra Nevada. Y las Alpujarras altas, que bajan para morir entre parrales y plásticos. Mírala. En su centro, bien arriba, la Sierra, los Filabres, el valle rumoroso de la infancia, adelfas y retamas, almendros y olivos. Olula, Castro, Senés, Velefique... nombres árabes y romanos de sus pueblos. Bajando luego, campos y desiertos de Tabernas, naranjales del río - Andarax exhausto- con frutos dorados como en sueños. Y la ciudad por fin (ciudad de viento y sol, sustancia de tus días), entre el azul del mar y el ocre restallante y desnudo de las peñas. Mírala. Como entonces, de niño; como luego, por dentro, viviendo en

36.- Esta otra fuerza. Emilio Barón Palma (138

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Aún sigue la partida. Más sin Reina. Hace tiempo que juegas sin su ayuda. La magia de los veinte lejos queda, Aunque mantenga el Rey la compostura. Y las bengalas de la inteligencia, Repentinos alfiles, no deslumbran Pasado el tiempo de la edad perfecta. No valen con la joven que te gusta. Te guste o no, entraste en los cuarenta. Sin Reina y con caballos deslucidos, Perdiendo uno tras otro tus peones. Es hora de emplear esa otra fuerza Que la edad - generosa- te ha traído. Aún sigue la partida. Juegan torres. EMILIO BARÓN LOS DÍAS (1978-1999 POESÍA). DEPÓSITO LEGAL. AL-319-99 ISBN: 84-8240-230-7 PUBLICADO POR LA UNIVERSIDAD DE ALMERÍA.