Argentina entre el sueño de oro y la pesadilla de cartón.
La deuda externa. Décadas atrás La Argentina era -en el imaginario de los inmigrantes- el país de las “oportunidades ilimitadas”. Millares de individuos del viejo mundo y otras regiones del planeta llegaban con la idea de construir una nueva vida para ellos y su descendencia. Atrás quedaban las miserias de la guerra, las persecuciones raciales y las hambrunas generalizadas en esta nueva tierra en que los “sueños dorados” se hacían realidad. Esto fue en gran medida posible, y muchos de los hijos de inmigrantes semianalfabetos se convirtieron en profesionales exitosos, gracias a un Estado que les garantizaba una educación sólida y gratuita hasta los niveles superiores. El trabajo era una realidad y el sacrificio valía la pena. Cuando el mundo se desangraba en contiendas terribles, Argentina era un país serio y destacado en el concierto de las naciones. Sin embar