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Palabras. Almería. Graciela Vera

PALABRAS   Palabras a media voz... frases que conocemos antes de    oírlas   ... tan repetidas y tan frescas...tan ansiadas. Palabras esperadas...palabras anhelantes, caricias en mis oídos penetrando hasta mi esencia en holocausto virginal de mis sentidos. Y me siento   amada...deseada...ensalzada...¡mujer!. Palabras sugerentes...estimulantes... tan lejos y tan cerca a la vez –etéreo y material- y el frenesí de nuestras voces nos lleva al éxtasis...al paroxismo...al culmen. Palabras salidas del amor buscando amor, atravesando medio planeta para decirle al mundo que nos amamos, tejiendo una laberíntica tela de araña, de plata bruñida, por la que deambula enloquecido el minotauro de nuestros anhelos quedando atrapados en el laberinto de la pasión, fundidos en un sublime orgasmo

Palabras. Almería. Graciela Vera

PALABRAS   Palabras a media voz... frases que conocemos antes de    oírlas   ... tan repetidas y tan frescas...tan ansiadas. Palabras esperadas...palabras anhelantes, caricias en mis oídos penetrando hasta mi esencia en holocausto virginal de mis sentidos. Y me siento   amada...deseada...ensalzada...¡mujer!. Palabras sugerentes...estimulantes... tan lejos y tan cerca a la vez –etéreo y material- y el frenesí de nuestras voces nos lleva al éxtasis...al paroxismo...al culmen. Palabras salidas del amor buscando amor, atravesando medio planeta para decirle al mundo que nos amamos, tejiendo una laberíntica tela de araña, de plata bruñida, por la que deambula enloquecido el minotauro de nuestros anhelos quedando atrapados en el laberinto de la pasión, fundidos en un sublime orgasmo

Sublime Calma. Graciela Vera

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Autor Garval    Sublime calma,               sosegada quietud tras del placer compartido,              El sueño me constriñe en el tálamo              que me cuesta  aceptar por profanado,               rabiosamente gélido sin ti.               Noche a noche,  mis brazos sedientos de caricias,               temen estirarse en tu busca.               No es tu rostro el otro que posa en mi almohada                pero yo imagino que acaricias mi cuerpo huérfano de ti,               mi cuerpo que te añora y te desea.               Y temo pronunciar tu nombre en alta voz               ante oidos profanos que lo mancillen.               Mis párpados pesan minuto a minuto.               Mi deseo de ti, me lleva al sueño reparador,               y en su regazo, entramos los dos,               fundidos en áurea metempsícosis               que nos transforma en uno solo                        Montevideo, 25 agosto 2000         SI ME PIDES EL SOL        Si me pides el sol    quemaré mis alas par

Sublime Calma. Graciela Vera

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   Sublime calma,               sosegada quietud tras del placer compartido,              El sueño me constriñe en el tálamo              que me cuesta  aceptar por profanado,               rabiosamente gélido sin ti.               Noche a noche,  mis brazos sedientos de caricias,               temen estirarse en tu busca.               No es tu rostro el otro que posa en mi almohada                pero yo imagino que acaricias mi cuerpo huérfano de ti,               mi cuerpo que te añora y te desea.               Y temo pronunciar tu nombre en alta voz               ante oidos profanos que lo mancillen.               Mis párpados pesan minuto a minuto.               Mi deseo de ti, me lleva al sueño reparador,               y en su regazo, entramos los dos,               fundidos en áurea metempsícosis               que nos transforma en uno solo  Autor Garval                       Montevideo, 25 agosto 2000         SI ME PIDES EL SOL        Si me pides el sol    quemaré mis alas par

Noche. Graciela Vera

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Autor Garval Desde oriente las sombras se alargan  extendiendo tentáculos de silencio  que protegen el sueño reparador.  Tu cabeza reposa sobre mi pecho  y en tenue caricia tus labios buscan  aureolas de placer incontrolable.   Es la hora del amor,  cuando los cuerpos se desprenden  de su individualidad, buscando cariño.  Suaves, tenues halagos compartidos  en un éxtasis  de experiencias imborrables.   La noche se hace amiga  y nos cobija en imperceptible arrullo,  desperezando horas de pasión.  El contacto sublime  de tu cuerpo desnudo  estremeciéndose sobre mi  vientre  en lenta, interminable agonía de placer.

Noche. Graciela Vera

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Autor Garval Desde oriente las sombras se alargan  extendiendo tentáculos de silencio  que protegen el sueño reparador.  Tu cabeza reposa sobre mi pecho  y en tenue caricia tus labios buscan  aureolas de placer incontrolable.   Es la hora del amor,  cuando los cuerpos se desprenden  de su individualidad, buscando cariño.  Suaves, tenues halagos compartidos  en un éxtasis  de experiencias imborrables.   La noche se hace amiga  y nos cobija en imperceptible arrullo,  desperezando horas de pasión.  El contacto sublime  de tu cuerpo desnudo  estremeciéndose sobre mi  vientre  en lenta, interminable agonía de placer.

Cupido en La voz de la cometa. Contenido para adultos

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Relatos para adultos. Gracias 1.-  IMPULSO Para vos que no entendías la razón por la que tu padre me tenía cierta consideración va esta historia de humanos que como tales viven, yerran, yerran  y sobreviven con sus broncas, sus miserias, sus orgullos, vanidades y dignidad. Me conoces, sabes que soy una mina con determinación, media rebelde y que le meto para adelante, no acepto que dirijan mi vida, sólo si quiero se hace posible. Había una mujer a la que el marido le compraba hasta las toallitas higiénicas. Ese hombre hace treinta años quiso cumplir con la ilusión de tener una mina así a su lado. Ayudar a crecer no era su meta, su mujer en su casa y la mina que lo guiara a esa independencia afuera. Había muerto su suegra, estábamos en el velorio. A la madrugada se acerco y en un aparte cuando mi marido no escuchaba me invito a dar un paseo. Fuimos, con mi marido. ¡Que desilusión! No quería darle oportunidad de nada. Paso, nuestras familias se frecuentaban mucho. En otra ocasión quiso a