GOG de Giovanni Papini. Ángel Simón Collado

En una de esas lecturas que nos depara el azar y que viene a contarnos algo que llama la atención sobre este o aquel autor que leímos en una juventud dorada, nos apasionó, y después, nadie sabe cómo, ha quedado relegado bajo capas de olvido de muchas modernidades inconsecuentes y muchas pasiones aburridas, di con la narración de los últimos años de Giovanni Papini. Este hombre, del que leímos los jóvenes de mi tiempo, ‘Gog’, ‘El libro Negro’ y ‘El Juicio Universal’, sufrió la decadencia física, que no mental, de la vejez en un sentido demasiado estricto. Progresivamente paralítico, ciego y mudo, no dejó de escribir en un esfuerzo admirable por no inclinar su voluntad a los desafueros del tiempo. En unas escenas que imagino gloriosas en su desolada grandeza, utilizó primero un dictáfono cuando no podía escribir. Más tarde, cuando ya esto no le era, posible dictaba a su nieta, Después, balbuceaba y ella iba interpretando las palabra de su abuelo. Y, por último, cuando no le fue dado ni a