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Mostrando las entradas etiquetadas como Luis García Fernández

Bartlebly y compañía. Enrique Vila-Matas

Enrique Vila-Matas Bartlebly y compañía Editorial Anagrama - 2000                         "Todos somos Bartlebly" parece querer decirnos Enrique Vila-Matas en su espléndida obra Bartlebly y compañía que editada por Anagrama, confirma lo que ya casi todos sabíamos: que aún es posible escribir y editar literatura de alta calidad al margen de modas y grupos.                         Y "todos somos Bartlebly", porque cuantos sufrimos en nuestras carnes desde nuestra infancia el gusanillo de la escritura, vamos descubriendo con el tiempo que no estamos tan solos como pensábamos, y lo más importante, que no éramos unos bichos raras. Y al igual que Bartlebly, el fascinante personaje que creara Melville, o Adrián, el enigmático protagonista invisible de la última novela de José María Merino, en la que algunos críticos han querido ver la esencia misma de la meta-literatura, como contrapunto a la meta-poesía, o a la meta-pintura, o a la..., recorremos nuestra particular trave

Bartlebly y compañía. Enrique Vila-Matas

Enrique Vila-Matas Bartlebly y compañía Editorial Anagrama - 2000                         "Todos somos Bartlebly" parece querer decirnos Enrique Vila-Matas en su espléndida obra Bartlebly y compañía que editada por Anagrama, confirma lo que ya casi todos sabíamos: que aún es posible escribir y editar literatura de alta calidad al margen de modas y grupos.                         Y "todos somos Bartlebly", porque cuantos sufrimos en nuestras carnes desde nuestra infancia el gusanillo de la escritura, vamos descubriendo con el tiempo que no estamos tan solos como pensábamos, y lo más importante, que no éramos unos bichos raras. Y al igual que Bartlebly, el fascinante personaje que creara Melville, o Adrián, el enigmático protagonista invisible de la última novela de José María Merino, en la que algunos críticos han querido ver la esencia misma de la meta-literatura, como contrapunto a la meta-poesía, o a la meta-pintura, o a la..., recorremos nuestra particular trave

Cuando Tim Burton descubrió a Tim Burton. Luis García

Cuando Tim Burton descubrió a Tim Burton.                         Una vez más, una película, llamada con el tiempo a ser considerada casi como de culto, nos ofrece a la vez que la espectacularidad de sus secuencias, la oportunidad de descubrir a un autor estadounidense del siglo XIX, que curiosamente había permanecido oculto hasta la fecha en los anaqueles de cualquier librería pública.                          Cuando Tim Burton descubrió a Tim Burton, yo aún desconocía el alcance de su cine, pero si que intuía que estaba llamado a encuadrarse dentro de los grandes del género. Había conseguido con apenas media docena de filmes, que tanto adultos como niños disfrutasen con su peculiar forma de entender el séptimo arte, y por extensión la vida. Tengo que reconocer que a veces es necesario un pequeño empujón, y en mi caso no fue sino la visión de Pesadilla antes de Navidad , una película para adultos que gusta especialmente a los niños (que se lo pregunten sino a mi hija Henar para quien

Cuando Tim Burton descubrió a Tim Burton. Luis García

Cuando Tim Burton descubrió a Tim Burton.                         Una vez más, una película, llamada con el tiempo a ser considerada casi como de culto, nos ofrece a la vez que la espectacularidad de sus secuencias, la oportunidad de descubrir a un autor estadounidense del siglo XIX, que curiosamente había permanecido oculto hasta la fecha en los anaqueles de cualquier librería pública.                          Cuando Tim Burton descubrió a Tim Burton, yo aún desconocía el alcance de su cine, pero si que intuía que estaba llamado a encuadrarse dentro de los grandes del género. Había conseguido con apenas media docena de filmes, que tanto adultos como niños disfrutasen con su peculiar forma de entender el séptimo arte, y por extensión la vida. Tengo que reconocer que a veces es necesario un pequeño empujón, y en mi caso no fue sino la visión de Pesadilla antes de Navidad , una película para adultos que gusta especialmente a los niños (que se lo pregunten sino a mi hija Henar para quien

Lo minoritario sinónimo de calidad. Luis García

Lo minoritario sinónimo de calidad         Nadie duda a estas alturas de la importancia de las Editoriales llamadas minoritarias dentro del panorama literario nacional. Esto es porque desde siempre fueron cuna y cantera de las grandes,   a quienes les resulta mas sencillo, rápido y barato arrebatar los autores descubiertos por otros a veces con no poco esfuerzo e intuición, que apostar ellas por alguno en concreto. Operarían de ese modo de igual manera que lo hace un club de fútbol poderoso, léase Real Madrid, Barcelona, etc, con los modestos, a quienes cuando les fichan un jugador no les queda más alternativa que el derecho al pataleo, y la búsqueda de nuevos diamantes en bruto,   que una vez pulidos y tratados, pasaran a su vez a engrosar la nómina de los poderosos. Como se puede observar, la pescadilla que se muerde la cola.              Recordar a algunos de estos escritores sería muy largo y correríamos el riesgo de herir sensibilidades propias y ajenas, personificadas estas tanto

Lo minoritario sinónimo de calidad. Luis García

Lo minoritario sinónimo de calidad         Nadie duda a estas alturas de la importancia de las Editoriales llamadas minoritarias dentro del panorama literario nacional. Esto es porque desde siempre fueron cuna y cantera de las grandes,   a quienes les resulta mas sencillo, rápido y barato arrebatar los autores descubiertos por otros a veces con no poco esfuerzo e intuición, que apostar ellas por alguno en concreto. Operarían de ese modo de igual manera que lo hace un club de fútbol poderoso, léase Real Madrid, Barcelona, etc, con los modestos, a quienes cuando les fichan un jugador no les queda más alternativa que el derecho al pataleo, y la búsqueda de nuevos diamantes en bruto,   que una vez pulidos y tratados, pasaran a su vez a engrosar la nómina de los poderosos. Como se puede observar, la pescadilla que se muerde la cola.              Recordar a algunos de estos escritores sería muy largo y correríamos el riesgo de herir sensibilidades propias y ajenas, personificadas estas tanto

Café a las siete. Luis Santillán.

CAFÉ A LAS SIETE   La secta               Tengo un conocido, que recientemente publicó un artículo en un diario nacional en el que se sentía parte integrante junto a otros insignes colegas de una peculiar secta que se hacía llamar a sí misma como la de los congetianos, entendiendo por tales a los admiradores de José María Conget, según Ignacio Martínez de Pisón, uno de los autores menos difundidos pero más interesantes, lo que se puede interpretar el que con el tiempo se convierta en un autor de culto. Yo, que ni conocía ni había leído a José María Conget, no pude por menos que mostrar mi sorpresa y extrañeza por la confluencia en apenas siete días de dos recomendaciones de dicho autor, y ambas abaladas por dos de los más prometedores narradores de nuestra literatura. Pero cual sería mi sorpresa cuando leyendo Una cita con Borges del propio Conget, recientemente editado por Renacimiento, me encuentro con uno de sus pasajes titulado El final de una secta , en el que aludía a los mi

Café a las siete. Luis Santillán.

CAFÉ A LAS SIETE   La secta               Tengo un conocido, que recientemente publicó un artículo en un diario nacional en el que se sentía parte integrante junto a otros insignes colegas de una peculiar secta que se hacía llamar a sí misma como la de los congetianos, entendiendo por tales a los admiradores de José María Conget, según Ignacio Martínez de Pisón, uno de los autores menos difundidos pero más interesantes, lo que se puede interpretar el que con el tiempo se convierta en un autor de culto. Yo, que ni conocía ni había leído a José María Conget, no pude por menos que mostrar mi sorpresa y extrañeza por la confluencia en apenas siete días de dos recomendaciones de dicho autor, y ambas abaladas por dos de los más prometedores narradores de nuestra literatura. Pero cual sería mi sorpresa cuando leyendo Una cita con Borges del propio Conget, recientemente editado por Renacimiento, me encuentro con uno de sus pasajes titulado El final de una secta , en el que aludía a los mi

Rabos de Lagartija. Juan Marsé

Juan Marsé Rabos de Lagartija ARETE - 2000                 Cuando se anuncia a bombo y platillo la próxima aparición de una nueva novela del autor Juan Marsé, uno no puede por menos que desear que cuando menos sea capaz de alcanzar las cotas de calidad de aquellas que la han precedido. Y una vez más, como en su día se dijera de El Embrujo de Shanghai , hay que afirmar que Marsé lo ha conseguido, lo que no es poco habida cuenta el momento que disfruta la novela española como género.                         Barcelona 1945. Como tantas otras veces, el mismo escenario con todos sus condicionantes (posguerra, hambre, miseria, represión...). Un "no-nacido" se empeña en "observar" la vida de los habitantes de un barrio sin futuro cercenado por la guerra y rodeado de escombreras. Tenemos pues, como tantas otras veces, el escenario. Pero, ¿qué tiene de novedoso Rabos de lagartija para que de alguna manera halla revolucionado el panorama literario español?                 

Rabos de Lagartija. Juan Marsé

Juan Marsé Rabos de Lagartija ARETE - 2000                 Cuando se anuncia a bombo y platillo la próxima aparición de una nueva novela del autor Juan Marsé, uno no puede por menos que desear que cuando menos sea capaz de alcanzar las cotas de calidad de aquellas que la han precedido. Y una vez más, como en su día se dijera de El Embrujo de Shanghai , hay que afirmar que Marsé lo ha conseguido, lo que no es poco habida cuenta el momento que disfruta la novela española como género.                         Barcelona 1945. Como tantas otras veces, el mismo escenario con todos sus condicionantes (posguerra, hambre, miseria, represión...). Un "no-nacido" se empeña en "observar" la vida de los habitantes de un barrio sin futuro cercenado por la guerra y rodeado de escombreras. Tenemos pues, como tantas otras veces, el escenario. Pero, ¿qué tiene de novedoso Rabos de lagartija para que de alguna manera halla revolucionado el panorama literario español?                 

Miseria Urbana. Luis García Fernández

Una vez creí verla oculta entre los coches abandonados en el cruce, aparcada, sola. Quizás, limpiándoles los cristales que otros previamente habían ensuciado. Quizás intentando venderse a sí misma los mismos pañuelos que más tarde habríamos de usar cuando nos los ofrecieran. Sola. Como esperando acaso unas monedas, una mirada, una sonrisa, una respuesta acertada. Una vez, creí verla sola, sucia, desaliñada como un reptil que acaba de mudar su piel. Indefensa y acaso un tanto desprotegida..., ...hubiera apostado que no era ella, aunque, como casi siempre en la vida, la realidad acostumbra a ser una diabólica mascarada de su propio reflejo. luis García Fernández. miseria urbana

Miseria Urbana. Luis García Fernández

Una vez creí verla oculta entre los coches abandonados en el cruce, aparcada, sola. Quizás, limpiándoles los cristales que otros previamente habían ensuciado. Quizás intentando venderse a sí misma los mismos pañuelos que más tarde habríamos de usar cuando nos los ofrecieran. Sola. Como esperando acaso unas monedas, una mirada, una sonrisa, una respuesta acertada. Una vez, creí verla sola, sucia, desaliñada como un reptil que acaba de mudar su piel. Indefensa y acaso un tanto desprotegida..., ...hubiera apostado que no era ella, aunque, como casi siempre en la vida, la realidad acostumbra a ser una diabólica mascarada de su propio reflejo. luis García Fernández. miseria urbana

Al final del túnel. Luís García Fernández

Al Final del Túnel Tu, que sorteaste tu propio rastro de sangre de estertores podridos en el preciso instante en el que esquivando sus vivas aristas, y en el que atisbando un instante de incertidumbre intuiste, con la impaciencia de quien siente como se le acerca su noche de bodas, el oscuro y silencioso saludo que, con toda seguridad, habrían de dedicarte al final del viaje, no pudiste por menos que, observando como la inmediatez de tu destino, tan maltrecho como los imprevisibles propósitos de la mañana que te tocó vivir, y perturbado por la resaca del escaso sueño del que aún eras poseedor, decidir, desposeído del don del habla, amén de otras traiciones, el mantener hasta el final tan augusta expresión, bastón de mando incluido, y dedicar a los presentes un ceremonioso saludo cargado de halitosis estival y de muelas dañadas y deseosas de pasar a mejor vida. Y así, ajeno a tu irreconciliable condición póstuma, hubiste de escuchar al final del túnel cua