Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como María Luisa Saldaña Lozano

Papeles y palabras. María Luisa Saldaña Lozano

PAPELES Y PALABRAS Arrugo hojas en el tiempo Pero la mente está dormida. Lanzo papeles en el viento Pero el corazón no los recoge. Busco palabras que pudieron Quedar perdidas entre Uno y otro verso. Y así, letrita a letrita, Escribo un poema, Un garabato de estrella Que apenas es un trocito de regalo. Arrugo papeles en el tiempo Repletos de mensajes del alma. Lanzo hojas al viento Llenando el aire con mis palabras. Palabras que crecen entre mis dedos, Que se enredan formando suspiros, Que se entrelazan formando estrofas, Que se alimentan de la esperanza, Que despiertan la mente dormida, Y que reaniman el corazón. Palabras que aplacan Mi sed de versos. Y también la tuya. Poemas que incitan a la mente creadora A luchar para poder Seguir lanzando papeles al viento. 28/05/2005

Papeles y palabras. María Luisa Saldaña Lozano

PAPELES Y PALABRAS Arrugo hojas en el tiempo Pero la mente está dormida. Lanzo papeles en el viento Pero el corazón no los recoge. Busco palabras que pudieron Quedar perdidas entre Uno y otro verso. Y así, letrita a letrita, Escribo un poema, Un garabato de estrella Que apenas es un trocito de regalo. Arrugo papeles en el tiempo Repletos de mensajes del alma. Lanzo hojas al viento Llenando el aire con mis palabras. Palabras que crecen entre mis dedos, Que se enredan formando suspiros, Que se entrelazan formando estrofas, Que se alimentan de la esperanza, Que despiertan la mente dormida, Y que reaniman el corazón. Palabras que aplacan Mi sed de versos. Y también la tuya. Poemas que incitan a la mente creadora A luchar para poder Seguir lanzando papeles al viento. 28/05/2005

El primero. María Luisa Saldaña Lozano

Perdura en mi memoria como si hubiera sido ayer. Tenía nueve o diez años. Sí, ya se lo que vais a decir. A mi también me hubiera gustado que hubiera sido antes. Todo ocurrió en casa de mi abuela, en su cama. Yo estaba allí tumbada y no hacía mas que mirarlo con la incertidumbre de como transcurriría todo, hasta que me decidí a empezar y alargué los brazos para acercarlo hasta mí. Reconozco que al principio no me sentía muy convencida. No estaba resultando como yo me había imaginado y estuve a punto de parar. Pero decidí que no era justo dejarlo así. Al fin y al cabo... la primera vez siempre es la que más cuesta. Así que, seguí descubriéndolo con mis manos. Suavemente. Con calma pero con decisión. Después de unos cuantos minutos todo cambió y ya no podía escapar. Escuchaba a mi madre y a mi abuela hablando en la cocina, haciendo ruido con los cacharros, pero ya todo me daba igual. Ya nadie era capaz de distraerme. Solo podía pensar en lo que vendría a continuación, en que sería

El primero. María Luisa Saldaña Lozano

Perdura en mi memoria como si hubiera sido ayer. Tenía nueve o diez años. Sí, ya se lo que vais a decir. A mi también me hubiera gustado que hubiera sido antes. Todo ocurrió en casa de mi abuela, en su cama. Yo estaba allí tumbada y no hacía mas que mirarlo con la incertidumbre de como transcurriría todo, hasta que me decidí a empezar y alargué los brazos para acercarlo hasta mí. Reconozco que al principio no me sentía muy convencida. No estaba resultando como yo me había imaginado y estuve a punto de parar. Pero decidí que no era justo dejarlo así. Al fin y al cabo... la primera vez siempre es la que más cuesta. Así que, seguí descubriéndolo con mis manos. Suavemente. Con calma pero con decisión. Después de unos cuantos minutos todo cambió y ya no podía escapar. Escuchaba a mi madre y a mi abuela hablando en la cocina, haciendo ruido con los cacharros, pero ya todo me daba igual. Ya nadie era capaz de distraerme. Solo podía pensar en lo que vendría a continuación, en que sería