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MIGUEL NAVEROS.

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Nació en Madrid en 1956, muere el 29 de marzo de 2017 en Almería, ciudad donde residía desde 1986. Es licenciado en Filología Italiana. Escritor, periodista e intelectual comprometido con su tiempo, con la cultura y la vida. con asiduidad  por los países del Este antes de la caída del comunismo. También colaboró con diversos medios de comunicación españoles y en la década de los ochenta fue corresponsal en España de la agencia de prensa soviética Novosti. Durante aquellos años, viajó con asiduidad por los países del Este antes de la caída del comunismo. Sus libros, como recordaba ayer la  Asociación de la Prensa, le valieron en 2005 el Premio Fernando Quiñones y en 2000 la  Mención de Honor del Premio Ramón Gómez de la Serna por su novela ‘La ciudad del sol’; El malduque de la luna (2006). Alianza. Premio Fernando Quiñones. viejo de más décadas y aún más tiempo, viejo de todo y viejo de mí mismo (si es que el corazón me lo permite y el tabaco no me juega la mala pasada que todos dicen

CIUDAD DEL SOL. por JOSÉ ANTONIO SANTANO

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Nos queda la palabra. A los poetas nos queda sólo la palabra. Quizá nuestra única patria. Hoy, con la tristeza royéndome la carne y el alma, las palabras son el  único refugio ante el dolor que siento por la pérdida y la definitiva ausencia de nuestro amado amigo y escritor Miguel Naveros. Sólo las palabras que afloran en estos versos que ahora reproduzco en homenaje al hombre y al poeta que fue siempre. En la hondura del verso. Por ti, maestro, allá donde te halles. CIUDAD DEL SOL A Miguel Naveros,  In Memoriam I Hubo un tiempo de rosas en la arena azul de los amaneceres espuma de pétalos en los labios y en la sangre palabras que volaron a las nubes y allí quedaron al abrigo de la música y los dones del agua en las acequias y la mar como lluvia de voces misteriosas que blanden las pupilas de la noche y luego crece hasta la altura misma del sol y sus silencios y regresa a la ciudad que las manos acogen en su seno y modelan en el aire de una playa desierta y celestial solo suya su nombr

MIGUEL NAVEROS PARDO

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Nació en Madrid en 1956, muere el 29 de marzo de 2017 en Almería, ciudad donde residía desde 1986. Licenciado en Filología Italiana. Escritor, periodista e intelectual comprometido con su tiempo, con la cultura y la vida. Ha publicado los libros de poesía Óxido en cuerpo (1986), Trifase (1987) y Futura memoria  (1998). Ha sido coordinador de la edición de la novela de Carmen de Burgos Puñal de claveles  (1991) y de los libros Almería (1994) y Almería pueblo a pueblo (1996). En Alfaguara ha  publicado La ciudad del sol (1999) y Al calor del día (2001). Su última novela es El malduque de la luna (Alianza, 2006). Fue columnista diario, redactor jefe y luego subdirector de La Voz de Almería. Colabora en diversos medios de comunicación españoles y ha sido corresponsal en España de la agencia de prensa soviética Novosti. Viajó con asiduidad  por los países del Este antes de la caída del comunismo. En su faceta periodística, fue columnista diario, redactor jefe y luego subdirector de 'La 

30.- Futura memoria. Miguel Naveros (123)

Cuando yo sea ya viejo, viejo de muchos años, viejo de más décadas y aún más tiempo, viejo de todo y viejo de mí mismo (si es que el corazón me lo permite y el tabaco no me juega la mala pasada que todos dicen que va a jugarme); cuando ya no soporte entrar a los cafés sin que alguien se levante a preguntarme algo, ni atravesar las calles sin que otra gente quiera pararme y se despache al paso dejándome colgado de un saludo fingido; cuando ya haya entendido lo inútil de escrutar mañana tras mañana un periódico idéntico para nunca encontrarme; cuando vea que he olvidado lo que contarle al mundo y que el mundo ha acabado por olvidarme a mí, pensaré en mis Memorias. Será apenas por nada (lo sé ya desde ahora), por nada de importancia: por escuchar de nuevo los aplausos de antaño y sentir en la espalda más palmadas amigas (lo cual habrá existido, me temo, tan sólo en mi cabeza); por recordar la foto, con mi cara aún joven, que presidió las líneas al cierre del diario; por elogiarme un poco

30.- Futura memoria. Miguel Naveros (123)

Cuando yo sea ya viejo, viejo de muchos años, viejo de más décadas y aún más tiempo, viejo de todo y viejo de mí mismo (si es que el corazón me lo permite y el tabaco no me juega la mala pasada que todos dicen que va a jugarme); cuando ya no soporte entrar a los cafés sin que alguien se levante a preguntarme algo, ni atravesar las calles sin que otra gente quiera pararme y se despache al paso dejándome colgado de un saludo fingido; cuando ya haya entendido lo inútil de escrutar mañana tras mañana un periódico idéntico para nunca encontrarme; cuando vea que he olvidado lo que contarle al mundo y que el mundo ha acabado por olvidarme a mí, pensaré en mis Memorias. Será apenas por nada (lo sé ya desde ahora), por nada de importancia: por escuchar de nuevo los aplausos de antaño y sentir en la espalda más palmadas amigas (lo cual habrá existido, me temo, tan sólo en mi cabeza); por recordar la foto, con mi cara aún joven, que presidió las líneas al cierre del diario; por elogiarme un poco