Cuando me recuerdes. Perfecto Herrera Ramos.


Cuando me recuerdes

Cuando me recuerdes
búscame en el agua.


Todo lo que a tu espalda se refleje
seré yo sin contornos,
pues delante de tus pupilas
no hallarás más,
sino la imagen
de la misma presencia de mi, ausente.


























Cuando me recuerdes. Perfecto Herrera Ramos.


Cuando me recuerdes

Cuando me recuerdes
búscame en el agua.


Todo lo que a tu espalda se refleje
seré yo sin contornos,
pues delante de tus pupilas
no hallarás más,
sino la imagen
de la misma presencia de mi, ausente.


























Desde una ventana. Abraham Ferreira Khalil




DESDE UNA VENTANA

Acecha el horizonte y los bramidos
del viento me sorprenden. Huele a tierra
y esta asechanza sin descanso cierra
la clave que empantana mis sentidos.

Ciénaga soy. De viajes detenidos
avisté el humo en la remota guerra.
No es el morir lo que al amor entierra,
es el amor panteón de fallecidos

en cuya cripta, oscuras y apiladas,
las calaveras, cálices perennes,
rediviven eróticos hedores.

Hedores del amor. Encrucijadas
hundidas bajo lápidas solemnes
en el pantano infiel de tus amores.

© Abraham Ferreira Khalil

Desde una ventana. Abraham Ferreira Khalil




DESDE UNA VENTANA

Acecha el horizonte y los bramidos
del viento me sorprenden. Huele a tierra
y esta asechanza sin descanso cierra
la clave que empantana mis sentidos.

Ciénaga soy. De viajes detenidos
avisté el humo en la remota guerra.
No es el morir lo que al amor entierra,
es el amor panteón de fallecidos

en cuya cripta, oscuras y apiladas,
las calaveras, cálices perennes,
rediviven eróticos hedores.

Hedores del amor. Encrucijadas
hundidas bajo lápidas solemnes
en el pantano infiel de tus amores.

© Abraham Ferreira Khalil

El tren. De Madrid a Almería.

ABRAHAM FERREIRA KHALIL
EL TREN. ABRAHAM FERREIRA KHALIL


EL TREN 
(De Madrid a Almería)

Metálico vampiro en cuyas alas
transportas las enseñas de un mensaje
y lo elevas en fiel peregrinaje
al palomar del corazón que escalas,

tu aviso, ramillete de memoria,
es el pecado que otorgó al paisaje
carta de inmensidad. En tu bagaje
lo pasado no es fábula ni historia.

La horizontalidad de tu artificio
en el raíl del tiempo ha abandonado
la tétrica humareda del pasado.

Y aún bombea tu sangre en ese indicio,
elixir de perenne arqueología.
¡Oh, férrea e irreverente alegoría!


© Abraham Ferreira Khalil

El tren. De Madrid a Almería.

ABRAHAM FERREIRA KHALIL
EL TREN. ABRAHAM FERREIRA KHALIL


EL TREN 
(De Madrid a Almería)

Metálico vampiro en cuyas alas
transportas las enseñas de un mensaje
y lo elevas en fiel peregrinaje
al palomar del corazón que escalas,

tu aviso, ramillete de memoria,
es el pecado que otorgó al paisaje
carta de inmensidad. En tu bagaje
lo pasado no es fábula ni historia.

La horizontalidad de tu artificio
en el raíl del tiempo ha abandonado
la tétrica humareda del pasado.

Y aún bombea tu sangre en ese indicio,
elixir de perenne arqueología.
¡Oh, férrea e irreverente alegoría!


© Abraham Ferreira Khalil

Canción a una muchacha muerta. Vicente Aleixandre



Canción a una muchacha muerta

Dime, dime el secreto de tu corazón virgen,
dime el secreto de tu cuerpo bajo tierra,
quiero saber por qué ahora eres un agua,
esas orillas frescas donde unos pies desnudos
se bañan con espuma.

Dime por qué sobre tu pelo suelto,
sobre tu dulce hierba acariciada,
cae, resbala, acaricia, se va
un sol ardiente o reposado que te toca
como un viento que lleva sólo un pájaro o mano.

Dime por qué tu corazón como una selva diminuta
espera bajo tierra los imposibles pájaros,
esa canción total que por encima de los ojos
hacen los sueños cuando pasan sin ruido.

Oh tú, canción que a un cuerpo muerto o vivo,
que a un ser hermoso que bajo el suelo duerme,
cantas color de piedra, color de beso o labio,
cantas como si el nácar durmiera o respirara.

Esa cintura, ese débil volumen de un pecho triste,
ese rizo voluble que ignora el viento,
esos ojos por donde sólo boga el silencio,
esos dientes que son de marfil resguardado,
ese aire que no mueve unas hojas no verdes.

¡Oh tú, cielo riente que pasas como nube;
oh pájaro feliz que sobre un hombro ríes;
fuente que, chorro fresco, te enredas con la luna;
césped blando que pisan unos pies adorados!

Canción a una muchacha muerta. Vicente Aleixandre



Canción a una muchacha muerta

Dime, dime el secreto de tu corazón virgen,
dime el secreto de tu cuerpo bajo tierra,
quiero saber por qué ahora eres un agua,
esas orillas frescas donde unos pies desnudos
se bañan con espuma.

Dime por qué sobre tu pelo suelto,
sobre tu dulce hierba acariciada,
cae, resbala, acaricia, se va
un sol ardiente o reposado que te toca
como un viento que lleva sólo un pájaro o mano.

Dime por qué tu corazón como una selva diminuta
espera bajo tierra los imposibles pájaros,
esa canción total que por encima de los ojos
hacen los sueños cuando pasan sin ruido.

Oh tú, canción que a un cuerpo muerto o vivo,
que a un ser hermoso que bajo el suelo duerme,
cantas color de piedra, color de beso o labio,
cantas como si el nácar durmiera o respirara.

Esa cintura, ese débil volumen de un pecho triste,
ese rizo voluble que ignora el viento,
esos ojos por donde sólo boga el silencio,
esos dientes que son de marfil resguardado,
ese aire que no mueve unas hojas no verdes.

¡Oh tú, cielo riente que pasas como nube;
oh pájaro feliz que sobre un hombro ríes;
fuente que, chorro fresco, te enredas con la luna;
césped blando que pisan unos pies adorados!

Canción a una muchacha muerta. Vicente Aleixandre

POESÍAS COMPLETAS - VICENTE ALEIXANDRE


Canción a una muchacha muerta

Dime, dime el secreto de tu corazón virgen,
dime el secreto de tu cuerpo bajo tierra,
quiero saber por qué ahora eres un agua,
esas orillas frescas donde unos pies desnudos
se bañan con espuma.

Dime por qué sobre tu pelo suelto,
sobre tu dulce hierba acariciada,
cae, resbala, acaricia, se va
un sol ardiente o reposado que te toca
como un viento que lleva sólo un pájaro o mano.

Dime por qué tu corazón como una selva diminuta
espera bajo tierra los imposibles pájaros,
esa canción total que por encima de los ojos
hacen los sueños cuando pasan sin ruido.

Oh tú, canción que a un cuerpo muerto o vivo,
que a un ser hermoso que bajo el suelo duerme,
cantas color de piedra, color de beso o labio,
cantas como si el nácar durmiera o respirara.

Esa cintura, ese débil volumen de un pecho triste,
ese rizo voluble que ignora el viento,
esos ojos por donde sólo boga el silencio,
esos dientes que son de marfil resguardado,
ese aire que no mueve unas hojas no verdes.

¡Oh tú, cielo riente que pasas como nube;
oh pájaro feliz que sobre un hombro ríes;
fuente que, chorro fresco, te enredas con la luna;
césped blando que pisan unos pies adorados!

Canción a una muchacha muerta. Vicente Aleixandre

POESÍAS COMPLETAS - VICENTE ALEIXANDRE


Canción a una muchacha muerta

Dime, dime el secreto de tu corazón virgen,
dime el secreto de tu cuerpo bajo tierra,
quiero saber por qué ahora eres un agua,
esas orillas frescas donde unos pies desnudos
se bañan con espuma.

Dime por qué sobre tu pelo suelto,
sobre tu dulce hierba acariciada,
cae, resbala, acaricia, se va
un sol ardiente o reposado que te toca
como un viento que lleva sólo un pájaro o mano.

Dime por qué tu corazón como una selva diminuta
espera bajo tierra los imposibles pájaros,
esa canción total que por encima de los ojos
hacen los sueños cuando pasan sin ruido.

Oh tú, canción que a un cuerpo muerto o vivo,
que a un ser hermoso que bajo el suelo duerme,
cantas color de piedra, color de beso o labio,
cantas como si el nácar durmiera o respirara.

Esa cintura, ese débil volumen de un pecho triste,
ese rizo voluble que ignora el viento,
esos ojos por donde sólo boga el silencio,
esos dientes que son de marfil resguardado,
ese aire que no mueve unas hojas no verdes.

¡Oh tú, cielo riente que pasas como nube;
oh pájaro feliz que sobre un hombro ríes;
fuente que, chorro fresco, te enredas con la luna;
césped blando que pisan unos pies adorados!

Perfecto Herrera Ramos. Chernóbyl en la memoria.

Chernóbyl en la memoria

El campo de centeno era humo acre en la memoria
por donde el duende flavo de la hipóstasis
se encaramó a mis desengaños
paseando las dos manos entre las espigas
y acariciando el mundo.
Duele comprobar cuán lerdos podemos ser
adecentando las estatuas de los aleros
o exaltando la imagen sacrílega de la ciencia
Debiera el hombre no renunciar al misterio,
a desentrañar todo conocimiento.
Pero olvidar
que los ocultos y secretos enigmas
preservan toda vida,
necedad petulante sería
y holocausto indeleble para la especie y la misma existencia.
Chernóbil viene a mi memoria
- llaga invisible casi eterna en nuestro planeta -
para indicarnos púrpura señal de advertencia.
Duele ver a la madre Gea
sollozar y espantada ante sus hijos
jugueteando, malquistos, con los odres de la harina en flor,
ya hombres provectos y ya doctos,
que olvidan reforzar los estayes del esquife
y ofrecer toros negros a los dioses.
No solo la fusión de los átomos nos acecha;
otras son las celadas que amenazan
la sagrada existencia del planeta,
el perfecto equilibrio de lo bello.
Conviene no olvidar
el dolor de los daños colaterales;
que las abejas van desapareciendo;
que el cambio climático provoca cataclismos.
Prudencia equivaldrá a inteligencia,
a sueños de manzanas sacrosantas,
a aguas puras y aires trasparentes.
¿Qué mundo nos espera?
¿Alguien podrá respuesta dar a esta pregunta
si no oramos renunciando a ser dioses?


Perfecto Herrera Ramos. Chernóbyl en la memoria.

Chernóbyl en la memoria

El campo de centeno era humo acre en la memoria
por donde el duende flavo de la hipóstasis
se encaramó a mis desengaños
paseando las dos manos entre las espigas
y acariciando el mundo.
Duele comprobar cuán lerdos podemos ser
adecentando las estatuas de los aleros
o exaltando la imagen sacrílega de la ciencia
Debiera el hombre no renunciar al misterio,
a desentrañar todo conocimiento.
Pero olvidar
que los ocultos y secretos enigmas
preservan toda vida,
necedad petulante sería
y holocausto indeleble para la especie y la misma existencia.
Chernóbil viene a mi memoria
- llaga invisible casi eterna en nuestro planeta -
para indicarnos púrpura señal de advertencia.
Duele ver a la madre Gea
sollozar y espantada ante sus hijos
jugueteando, malquistos, con los odres de la harina en flor,
ya hombres provectos y ya doctos,
que olvidan reforzar los estayes del esquife
y ofrecer toros negros a los dioses.
No solo la fusión de los átomos nos acecha;
otras son las celadas que amenazan
la sagrada existencia del planeta,
el perfecto equilibrio de lo bello.
Conviene no olvidar
el dolor de los daños colaterales;
que las abejas van desapareciendo;
que el cambio climático provoca cataclismos.
Prudencia equivaldrá a inteligencia,
a sueños de manzanas sacrosantas,
a aguas puras y aires trasparentes.
¿Qué mundo nos espera?
¿Alguien podrá respuesta dar a esta pregunta
si no oramos renunciando a ser dioses?


La galla ciencia. Entrevista a José Antonio Santano


http://www.lagallaciencia.com/Entrevista a: José Antonio Santano  (Baena, 1957) 


José Antonio Santano es  Graduado Social por la Universidad de Granada, Técnico Superior en Relaciones Industriales por la de Alcalá de Henares y Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Almería. Es autor de varios libros, como Canción Popular en la Villa de Baena (Ed. Ayuntamiento Baena, 1986), Profecía de Otoño (Sevilla, 1994), Grafías de Pasión. Prosa y poesía sobre la Semana Santa de Baena (1998), Exilio en Caridemo (Ed. Inst. Estudios Almerienses, 1998), Íntima heredad (Ed. Endymion, Córdoba, 1998), La piedra escrita (Ed. Alhulia. Salobreña, 2000), Árbol de bendición. Antología literaria al olivo (Ed. Instituto de Estudios Almerienses y Ayuntamiento de Baena, 2001), Suerte de alquimia (Ed. Alhulia. Salobreña, 2003), Las edades de arcilla (Ed. Alhulia, Salobreña, 2005), La cortaera (artículos periodísticos 2001-2004, Córdoba, 2007), El Oro líquido (El aceite de oliva en la cultura) Antología literaria (Ed. La Oficina del Autor. Diputación de Jaén), Caleidoscopio (Prosa. Ed. Instituto de Estudios Almerienses, 2010) y Estación Sur (Ed. Alhulia,  2012).

Ha recibido varios premios a lo largo de su carrera. Ha dirigido y presentado programas de radio y televisión. Ha dirigido la Revista Literaria de carácter mensual “Cuadernos de Caridemo”, de Almería, y coordinado el Premio Andalucía de Poesía “Ayuntamiento de Fondón” (Almería). Ha dirigido la colección Palabras Mayores, de poesía, de la Editorial Alhulia (Granada). Su poesía ha sido traducida al italiano por Emilio Coco: Quella strana quiete y Il vollo degli anni (Antología poetica personale), así como algunos textos al inglés y francés.



¿De qué le salva la poesía?
-De la estulticia humana

¿Un verso para repetirse siempre?
-“Solo el hombre es el centro de la vida

¿Qué libro debe estar en todas las bibliotecas?
-No podría indicar uno solo, es complicado elegir uno solo.

Amor, muerte, tiempo, vida…, ¿cuál es el gran tema?
-El amor.

¿Qué verso de otro querría haber escrito?
-No sé, tal vez: ¿Qué me vas a doler, muerte?, de JRJ

¿Escribir, leer o vivir?
-Vivir para leer y escribir.

¿Dónde están las musas?
-En algún mágico y misterioso lugar desconocido.

¿Qué no puede ser poesía?
-Lo que no nace de la emoción, la conmoción…

¿Cuál es el último poemario que ha leído?
-Últimos poemas. I 1959-1960-1961, de Nâzin Hikmet.

Si todos leyéramos versos, el mundo…
-Sería más poético

Tres autores para vencerlo todo.
-Machado, Cernuda y Pablo García Baena

¿Papel y lápiz, teclado o smartphone?
-Cualquiera de ellos, escribir lo es todo. 

La galla ciencia. Entrevista a José Antonio Santano


http://www.lagallaciencia.com/Entrevista a: José Antonio Santano  (Baena, 1957) 


José Antonio Santano es  Graduado Social por la Universidad de Granada, Técnico Superior en Relaciones Industriales por la de Alcalá de Henares y Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Almería. Es autor de varios libros, como Canción Popular en la Villa de Baena (Ed. Ayuntamiento Baena, 1986), Profecía de Otoño (Sevilla, 1994), Grafías de Pasión. Prosa y poesía sobre la Semana Santa de Baena (1998), Exilio en Caridemo (Ed. Inst. Estudios Almerienses, 1998), Íntima heredad (Ed. Endymion, Córdoba, 1998), La piedra escrita (Ed. Alhulia. Salobreña, 2000), Árbol de bendición. Antología literaria al olivo (Ed. Instituto de Estudios Almerienses y Ayuntamiento de Baena, 2001), Suerte de alquimia (Ed. Alhulia. Salobreña, 2003), Las edades de arcilla (Ed. Alhulia, Salobreña, 2005), La cortaera (artículos periodísticos 2001-2004, Córdoba, 2007), El Oro líquido (El aceite de oliva en la cultura) Antología literaria (Ed. La Oficina del Autor. Diputación de Jaén), Caleidoscopio (Prosa. Ed. Instituto de Estudios Almerienses, 2010) y Estación Sur (Ed. Alhulia,  2012).

Ha recibido varios premios a lo largo de su carrera. Ha dirigido y presentado programas de radio y televisión. Ha dirigido la Revista Literaria de carácter mensual “Cuadernos de Caridemo”, de Almería, y coordinado el Premio Andalucía de Poesía “Ayuntamiento de Fondón” (Almería). Ha dirigido la colección Palabras Mayores, de poesía, de la Editorial Alhulia (Granada). Su poesía ha sido traducida al italiano por Emilio Coco: Quella strana quiete y Il vollo degli anni (Antología poetica personale), así como algunos textos al inglés y francés.



¿De qué le salva la poesía?
-De la estulticia humana

¿Un verso para repetirse siempre?
-“Solo el hombre es el centro de la vida

¿Qué libro debe estar en todas las bibliotecas?
-No podría indicar uno solo, es complicado elegir uno solo.

Amor, muerte, tiempo, vida…, ¿cuál es el gran tema?
-El amor.

¿Qué verso de otro querría haber escrito?
-No sé, tal vez: ¿Qué me vas a doler, muerte?, de JRJ

¿Escribir, leer o vivir?
-Vivir para leer y escribir.

¿Dónde están las musas?
-En algún mágico y misterioso lugar desconocido.

¿Qué no puede ser poesía?
-Lo que no nace de la emoción, la conmoción…

¿Cuál es el último poemario que ha leído?
-Últimos poemas. I 1959-1960-1961, de Nâzin Hikmet.

Si todos leyéramos versos, el mundo…
-Sería más poético

Tres autores para vencerlo todo.
-Machado, Cernuda y Pablo García Baena

¿Papel y lápiz, teclado o smartphone?
-Cualquiera de ellos, escribir lo es todo. 

LA DESNUDEZ DE LAS HORAS