Contraportada
Diez miradas le hicieron
falta a Huidobro para descubrir la belleza entre un sueño y una catástrofe; Sabines buscó el rastro de una mirada en la sombra del
agua y el eco de un suspiro; Cernuda, una mirada fugaz entre las sombras;
Storni la perdió distraídamente sin volverla a encontrar; y Bécquer… Bécquer la
intercambió por un mundo. ¿Cuánto vale una mirada en la poesía? María Ángeles
Lonardi lo sabe bien. Por eso, los versos que componen En el vértigo azul de una mirada retoman esta imagen en un tiempo
como el nuestro que demanda una mirada activa.En estos
versos Lonardi nos regala su mirada, generosa y honesta. Al igual que la de los
poetas románticos, se dirige hacia adentro, se sumerge en las aguas más
profundas, como diría Shelley en su «Endymion», pero también mira punzantemente
al exterior, a la realidad social, y la denuncia sin tapujos.En este viaje a través de la mirada, Lonardi mira sin miedo y
nos hace mirar con ella. Sin miedo. Mirar es un acto de elección, ya lo decía
Berger. Si elegimos mirar con Lonardi nos veremos a nosotros y a nosotras
mismas en los espejos de sus palabras pero también, como Alicia, los cruzaremos
para ver qué hay al otro lado.Tal vez encontremos el abrazo que tanto anhelamos.
Gerardo Rodríguez Salas
Mira desde su razón existencial, la observancia ancestral y, el
tiempo de pandemia en que nos ahogamos infinitamente, sin ver el final de esos
túneles de miedos individuales. Todo de vuelta, hasta encontrarse
reblandeciendo el alma en los recuerdos.
Busca el mapa de los recuerdos, sin hallar la llave que abre ese espacio
secreto, y como quien se sumerge en lo profundo de un mar, busca las horas para
entender este lapso, latido convulso del mundo, en la espera de que amaine la
tormenta.Ansía despertar ante un tiempo de paz, sin miedo al abrazo, al
encuentro, a todo aquello que se nos prohibió por imposición de un invasor
invisible y tras la ventana, ella, en su mirada enjaulada como la de todos en
estos azarosos tiempos de muerte, sentencia a sí misma una renovación para el
futuro, una energía mágica que desde ella a todos abarque.Ivonne
Sánchez Barea
El vértigo azul de tu
mirada
Detenida, la vida
permaneceen el vértigo azul de tu
mirada.Se me escapan las
fuerzas,las palabras me faltan.
Creo que no he conocido
más dolorosa y salvaje
intemperie,como aquella que suele
visitarmecuando cierras los ojos
en frugal parpadeo.
Los versos nuevos son
como los pájarosque vuelan libres, luego,
cruzan todos los puentes
derrotando misterios
y dibujan el mapa del
derroche.Lo sé, miedo me da
esta avaricia con que
ahora midoprocaz cada rizada hora
sin ti.Puede mi cuerpo torpe,
ensimismado,marchito, ya de vuelta
de locas travesías,
subyugarse con tu esencia
y caeren este y a cada
instante. Confieso,me faltan las palabras
para decir qué siento
piel adentro.El silencio de la noche
es testigode este fiero tormento.
Dentro, cada latido es
demasía,es algarabía este
parpadeo,es ternura la luz y es
este besonuevo perfil del sueño
del que no quiero
despertar jamás.Un remolino
desconsideradome absorbe, me desviste
y se hace el epicentro,
el ojo oscuro, insolente
huracánpor donde raudas huyen,
acotadas mis pobres
esperanzas.Aun mermadas mis
posibilidadesme atrevo, trato de
encontrar la claveque descubra el misterio
del que tus ojos supieron
hablarme.Luego, me domina la
incertidumbre,cuando torpemente voy a
buscarte.Entonces me descubro vulnerable.
A pesar de saber de tu
existencia,es apenas un parpadeo
tuyoel que me hace caer
por el precipicio
definitivoy me sobra el universo
todo.
©María
Ángeles LonardiDel
libro: “En el vértigo azul de una mirada”,Editorial:
Círculo Rojo, 2021.
https://youtu.be/qUPgjsLkgx8
María Ángeles Lonardi
Profesora, Poeta y EscritoraE-mail: lonardimaria@hotmail.com
YouTube de María Ángeles Lonardi
https://youtu.be/qUPgjsLkgx8
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